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siempre fui una persona de extremos. compraba demasiada ropa, o no compraba. muchos dulces, o no compraba. muchos labiales, o no compraba. muchos cd's, o no compraba.

siempre quise y quiero demasiado. quizás por eso siempre terminaba decepcionada pero aún así, una parte de mí se sentía contenta por ser de las que daba todo sin esperar nada a cambio.

era un día lluvioso en orlando, niños y adultos corrían de un lado a otro evitando mojarse. cotton candy permanecía abierta las 24 horas del día, literalmente. no importaban las condiciones climáticas (si era algo grave, era diferente obviamente) la pequeña tienda de dulces siempre estaba ahí para mí.

la señora stella, dueña de la tienda, esbozó una pequeña sonrisa al verme. desde que tenía memoria la conocía, se caracterizaba por ser muy amable y educada.

me dirigí al pasillo de gomitas y en una bolsita plástica comencé a meter azucaradas, redondas, en forma de corazón, ositos y algunos tiburones. me di la vuelta, en busca de otra bolsa plástica y cuando volví a girarme, un chico extremadamente alto tenía mi bolsa de gomitas en sus manos.

"¿disculpa?" toque su brazo tratando de llamar su atención. el chico se giró y una ola de nervios me recorrió el cuerpo. era atractivo, muy atractivo pero la simpatía se acabó cuando me sonrió con arrogancia. "tienes mi bolsa de gomitas." mi voz sonó firme, quería que se diera cuenta que no estaba de humor para perder el tiempo.

"¿esta bolsa?" subió ambas cejas, un piercing viéndose perfectamente colocado en su ceja derecha.

"sí, esa." respondí de mala gana. mi paciencia se estaba agotando.

el intento de chico punk sonrió al darse cuenta de mi molestia, y colocó la bolsa arriba de su cabeza.

"te la daré solo si me dices tu nombre" sonrió de lado, sus ojos verdes haciendo contacto con los míos por primera vez.

"mi nombre es no te importa, ahora dame la bendita bolsa"

"no"

"sí"

"no"

bufé, cruzándome de brazos. sabía que estaba siendo ridícula y probablemente me veía como una niña pequeña cuando su mamá no le compra un dulce, pero así me sentía. el idiota de cabello rojo tenía MI bolsa de gomitas, era mía, no tenía derecho de quitármela.

"¿sabes? que te den" espeté molesta, dándome la vuelta dispuesta para salir de la tienda.

"nunca creí que iba a escuchar algo así de alguien tan pequeña como tú, y muchos menos vistiendo eso." respondió el chico cuyo nombre desconocía, mirándome de pies a cabeza. llevaba un jean con una camisa blanca que decía love is all you need en letras negras. rodé los ojos, cansada de que siguiera molestándome.

"mi nombre es noah, ¿contento? ahora dame mis dulces" respondí, intentando no reír. por supuesto que mi nombre no era noah, fue lo primero que se me ocurrió. el chico me tendió la dichosa bola y se la arrebate, caminando rápido hacia la caja para no tener que soportarlo por más tiempo.

la señora stella rápidamente cobró los dulces, y justo cuando estaba por cruzar la puerta, dijo: "saluda a tu mamá de mi parte, amber"

cerré fuertemente los ojos, esperando que el intento de chico punk no estuviera cerca. como siempre, la suerte nunca estaba de mi parte, pues al voltearme, él estaba ahí, mirándome con una ceja levantada.

"con gusto, señora stella" respondí nerviosa, sonriendo levemente.

antes de que pudiera darme la vuelta, el chico abrió la boca.

"un placer conocerte, amber" dijo, haciendo énfasis en mi nombre y luego sonrió de forma cínica.

rodé los ojos y salí de la tienda.

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holaAa

bueno esto se me ocurrió de repente y quise subirlo porque bueno why not

se supone que es una short story pero tiene más de +400 palabras mmm, los capítulos pueden ser largos o cortos, todo va a depender

love y'all

too ✧ cliffordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora