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mi ojos estaban abiertos de par en par al igual que mi boca.

mi visión iba desde la nariz del chico hasta la puerta. estaba congelada, literalmente. sólo podía pensar en la sangre que salía de la nariz de la persona enfrente de mi. él llevaba una camiseta azul oscuro, en ella se podían ver claramente cuatro gotas de líquido rojo.

"estás bien?" pregunté nerviosamente, mirando su nariz con preocupación.

"sí" contesto él simplemente, su voz sonando nasal porque tenía la mano alrededor de su nariz.

"¿cómo puedes decir eso? ¡tu nariz está sangrando!" medio hable-medio grite.

"¿te estas preocupando por mí?" dijo él, con una sonrisita odiosa en el rostro y alzando su ceja. fue ahí cuando me di cuenta que no llevaba el piercing.

"cállate." exigí con molestia. "vamos a la enfermería"

rebecca veía toda la escena desde el marco de la puerta, seguramente muriéndose de la risa en su interior.

"estoy bien, sólo necesito limpiar la sangre y listo"

"no me importa, he dicho que vamos a la enfermería" me sorprendí a mi misma hablando de esa manera. quiero decir, ni siquiera era amiga del chico, es más, estaba segura de que nunca lo había visto en el instituto. no sabía por qué me preocupaba tanto de todas formas.

tome mi bolso de las manos de rebecca y comencé a caminar. había dado solo unos pasos cuando el chico (cuyo nombre aún era un misterio para mí) dijo:

"amber, no voy a ir a la enfermería"

rodé los ojos, además de idiota y odioso, era terco.

"sí, si vas a ir" respondí, soltando un suspiro. tome el brazo del chico con cabello de color rojo y aunque al principio puso resistencia, después de pocos segundos permitió que lo llevara.

caminamos en silencio por tres minutos, aproximadamente. la enfermería no se encontraba tan lejos de donde anteriormente estábamos.

al llegar a la puerta, alce mi puño para luego dar varios golpecitos en esta. en cuestión de segundos, la puerta se abrió, revelando a una mujer de algunos 30 años.

"pasen, muchachos" pidió la enfermera, no podía recordar su nombre pues tenía poco tiempo trabajando allí.

"entonces, qué sucedió, exactamente?" preguntó ella, mientras se levantaba para buscar algodón y alcohol.

"estaba con una amiga en el baño y bueno, ab-"

"abrió la puerta y estampó en mi rostro, estaba distraído y no presté atención a lo que sucedía a mi alrededor" interrumpió con rapidez el chico del piering que en ese instante no llevaba el piercing.

confundida, le dedique una mirada de ¿por qué dijiste eso? y él simplemente me miro de reojo.

yo estaba dispuesta a echarme la culpa, porque bueno, así lo era. no debí de abrir la puerta de esa manera,y menos sabiendo que esta abría hacía afuera.

la enfermera nos miro con diversión y luego pregunto:

"dime michael, sientes dolor o simplemente un leve adormecimiento?"

michael, entonces ese era su nombre. sonreí internamente porque ya podría referirme a él como todos lo hacían, además, estábamos a la par. él sabía mi nombre y yo el suyo.

aunque me encontraba sumergida en mis pensamientos, logré escuchar como él respondía que no sentía dolor. no sabía si eso era bueno o malo.

"supongo que tu eres su novia" dijo de repente la mujer con cabello negro junto con una mirada pícara. "así que te voy a pedir que te quedes con él mientras que yo busco gasas en el déposito" y sin más, abandono la pequeña y blanca habitación.

el calor no tardo en visitar mis mejillas pues ella se había referido a mí como la novia, lo cual era bastante gracioso porque apenas y conocía su nombre.

una risa perezosa se escucho a cierta distancia y obviamente pude adivinar de quién provenía. sin embargo, no quise prestarle atención porque estaba casi segura de que michael se reía de mis mejillas coloradas. cuando finalmente terminó de reírse el silencio reino en las cuatro paredes.

después de pensarlo por un tiempo y de tener un mini-debate en mi interior, decidí hablar.

"michael, realmente siento haber roto tu nariz... aunque no creo haberlo hecho, pero aún así lo lamento" dije rápidamente, enrollando un mechón de cabello en mi dedo índice.

"está bien, no te preocupes" respondió el, sonaba honesto. no como siempre, burlón y sarcástico.

"en serio, si hay algo que pudiera hacer lo haría con gusto."

"hay algo que puedes hacer, de hecho" respondió él, empleando una voz casual.

"ah, sí?" pregunté cautelosa. imagine que me pediría hacer su tarea o comprarle el desayuno, pero jamás pasó por mi cabeza lo que él realmente dijo.

"podrías salir conmigo" dijo mientras se encogía de hombros, como si no fuera la gran cosa.

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un poquito más largo de lo normal porque me tarde en actualizar

estoy muy contenta porque este es el cuarto capítulo y ya tenemos +50 votos :-DD

too ✧ cliffordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora