Ajedrez I: Tablero (Pausado)

PRÓLOGO

El ajedrez es un juego de ingenio en el que el azar no interviene en ningún momento y requiere de un gran esfuerzo mental. Cada jugador cuenta con una totalidad de dieciséis piezas entre lo que están el rey, la reina, los alfiles, los caballos, las torres y los ocho peones; un jugador juega con las piezas blancas y otro con las negras. Se juega sobre un tablero compuesto de sesenta y cuatro casillas con dos colores alternados que por lo general son blanco y negro. El objetivo de dicho juego es capturar "dar jaque mate" al rey adversario.

Este juego se hizo tan popular entre los humanos de la época en la que se creó, en la que aun creían en los dioses. Usada para tomar decisiones importantes en los reinos, el ingenio estratégico y táctico de los grandes generales se reflejaban en una partida de ajedrez, cada movimiento necesitaba sutileza y literalmente fuerza de ataque, la importancia que los humanos le daban a dicho juego llamo la atención de Zeus, que desde el olimpo observaba como un humilde campesino apostaba la mitad de su cosecha en un partido que si llegara a ganar duplicaría lo que apostó, el contrincante de dicho campesino se regodeaba de su inteligencia.

- ¿En verdad crees que podrías ganarme? Nadie ha logrado siquiera ponerme en jaque- decía aquel hombre.

El campesino no dejándose intimidar por las palabras de aquel hombre realizo su jugada. En cuanto el arrogante se dio cuenta de lo que aquel campesino logro hacer la cólera y la ira fueron reflejadas en su rostro.

-¡Te atreves a ganarme campesino ignorante!, tú que no sabes hacer nada mas que labrar la tierra-. Encogiéndose de hombros el campesino se levanto, dirigiéndose hacia en donde estaba la cosecha que había apostado y la que ganó, y mientras tomaba su premio le dijo al arrogante

-Tenia fe en que mi señor Zeus se apiadara de mi necesidad y la de mi familia, antes de jugar con usted mi señor rogué a él su bendición en cada movimiento- ruegos que por supuesto Zeus escucho, fueron las plegarias de ese hombre los que le habían llamado la atención.

La humilde declaración de aquel humilde hombre hizo estallar el temperamento de aquel mal perdedor

-Zeus,¿en serio? ¿Que va a saber zeus de este juego?, lo único que tuviste fue suerte campesino, solo eso, ni con la ayuda de zeus me ganarías, no hay dios que se compare conmigo en este juego-

Al oir dichas palabras el campesino palideció, y mirando al cielo suplico a los dioses por el perdón para aquel hombre que blasfemo en su contra, y antes de bajar la mirada nuevamente a quien fue su oponente un fuerte golpe en la cabeza le dejo aturdido, antes de perder la conciencia sintió como algo caliente se deslizaba detrás de su oreja <<sangre, asi que es así como los dioses quisieron que muera>> pensó antes de caer en la profunda oscuridad del cual no volvería a salir.

Zeus vio aquella escena, en el que aquel hombre altanero le hizo una seña a uno de sus acompañantes para que acabase con aquel humilde campesino. Horrorizado y furioso bajo a la tierra disfrazado de un humilde pastor, vestido con trajes viejos y rotos, ocultando su jovial forma por la de un anciano pequeño y frágil; aquel arrogante ya estaba lejos del cuerpo aquel campesino que con humildad le había ganado.

-Mi señor, le permite a este anciano una partida de ajedrez- dijo el anciano Zeus, que pareció por tomar por sorpresa a aquel hombre altanero.

-no, anciano, lárgate no eres rival para mi- dijo el arrogante

Zeus estallo en cólera, y volvió a su forma original

-Tu altanería y arrogancia, te costaran humano insignificante, asi que ni los dioses se te comparan, pues bien, te reto- dijo haciendo aparecer un tablero de ajedrez de cristal compuesto por dos tonos azules, un azul mas fuerte que el otro; haciendo alusión al los colores blanco y negro, cada pieza estaba bien hecha, el cristal parecía irreal, demasiado perfecto, cada pieza finamente tallada. Zeus hizo aparecer también una mesa pequeña en la que ambos jugadores se enfrentarían.

-Y que es lo que apostaremos, mi señor- la altanería del tipo hizo enfurecer más al dios.

Una sonrisa malévola se formó en sus labios.

-tu vida y la de los tuyos...-

Sin saber que ese día, y ese juego iba a transformar la vida de alguien más en el futuro. La altanería de aquel hombre hizo que Zeus le tome una gran afición al ajedrez, sobre todo a uno que se juega con sus reglas...

Este es la tercera historia que se me ocurre, espero su apoyo en esta etapa. actualizare lento por  la universidad pero tratare de tener por lo menos un capitulo al mes y en cuanto este mas libre actualizare constantemente...

#Mary