CAPÍTULO 9- CUANDO ENCUENTRAS LO QUE NO BUSCABAS

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- Mierda...- musitó un chico delgado y bajo, sentando en la barra del bar- Disculpe yo... me he olvidado la cartera en casa y...- el barman frunció el ceño y lo miró con asco mientras se le acercaba caminando chulescamente.

- De aquí no te vas sin pagar. No soy estúpido, niñato.

- Pero... Lo sigo enserio, no he traído la cartera- Se mordió el labio, nervioso, y pasó una mano por su pelo blanco medio largo. Le encantaba ese color para su cabello, era fantasioso- Puedo a ir a casa a por el dinero en un momento y volver para pagar las copas- ofreció, pero la expresión del barman lo decía todo.

- ¡Y una mierda! Los niñatos como tu no me engañáis. El dinero lo quiero ya.

- ¿Hay algún problema?- preguntó un extraño que, sin más, se metió de lleno en la conversación.

Era alto, fuerte, atractivo y por su manera de hablar, un chico confiado. Su melena rubia y lisa, al igual que sus ojos azules y sus varoniles facciones llamaron la atención del barman y su desdichado cliente.

- Yo... me he dejado la cartera en casa...- reconoció el adolescente de pelo blanco y hermosas facciones aniñadas.

El rubio sonrió, pero no demasiado, alguien podría ver sus colmillos.

- ¿Solo es eso? Pago yo- dijo riendo mientras dejaba un billete sobre la barra, consiguiendo que el barman se fuese, algo frustrado pues el muchacho se había librado de su bronca.- ¿Cómo te llamas, pequeño?- preguntó entonces el vampiro, sentándose al lado del chico- Yo me llamo Nicolau.

Sí, aquel chiquillo le serviría de cena esa noche a Nicolau, y cuando hubiese acabado, continuaría buscando a Mink. No podía dejar que el capullo de Adam se le adelantara.

- ¿Porque quieres saber mi nombre?- preguntó el pequeño alzando una ceja y dirigiéndole una mirada juguetona.

- ¿Porque alguien no querría saberlo?- El chico de pelo blanco rió ante la zalamería de Nicolau y le sonrió de forma radiante.

- Me llamo Mark.

- Precioso. El nombre también- el chico se sonrojó ante las palabras de Nicolau y se giró en su asiento para verle más directamente a la cara.

- ¿Qué crees que vas a conseguir con tantos halagos?- preguntó el menor mirando al vampiro de forma pícara.

- Dime ¿Que puedo conseguir?- Nicolau sonrió de forma deslumbrante, como siempre. Tan apuesto.

Una hora después ambos salían del bar junto, hablando y riendo de forma aduladora y divertida. Nicolau miró a los lados, reconociendo la zona en la que se hallaban y entonces sonrió al ver las calles vacías.

Pasó su brazo por la cinturita del chico y este se sonrojo dejándose hacer.

Con el control de la situación, Nicolau condujo a Mark hacia una calle que él no conocía y por ende no tenía ni idea de que era un callejón sin salida.

- ¿A dónde vamos?- preguntó el muchacho, risueño y sin preocupaciones.

- Oh, ya lo verás- respondió el otro aguantándose una sarcástica risa.

- Espero que no estés llevándome a tu casa. No soy tan facilón- Mark alzó una ceja mientras el otro reía y, gentilmente, le acariciaba la cintura.

- Tranquilo, vamos a un sitio mejor- Su voz cambió ligeramente, sonando más ruda y aterradora.

Entonces Mark se percató del muro al final de la calle y comenzó a asustarse al ver que estaban en un callejón sin salida.

Inaceptable (gay) [En Amazon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora