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Querido papá:

El otro día parecias enfadado con el mundo, solo gritabas que tu empresa se iba a la quiebra.

¿Y qué con eso? Te buscas otro trabajo y ya, no puede ser tan complicado.

Mamá se llevaba las manos a la cabeza, y entre ambos intentabais que ni Marta ni yo escuchasemos nada.

Vuelvo a repetir que, la casa que tenéis hipotecada durante los próximos treinta años no tiene ni por asomo paredes aisladas o hechas de roca caliza. Es más, hay veces en la que cuestiono si llevan o no agujeros.

De todos modos, se necesita mucha mano de obra, y que estes un tiempo en paro no significa que vaya a ser así toda tu vida, ¿verdad?

Haz el favor de no preocupar a mamá, que enseguida piensa más de lo que debe y se le saltan las lágrimas.

Te quiere, patito.

¿Y cuando el patito crezca?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora