1. Iceman.

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"Con calma y cautela se mueve el Irbis entre las cumbres montañosas, a la espera de su próxima presa. Silencioso y solitario observa a la distancia las llanuras, en espera de su próxima compañera"

Con un gesto ligeramente taciturno se dedicaba a observar a la figura que dormía enfrente de él con calma, casi con delicadeza pues aquella figura femenina se revolvía entre sus sabanas tratando de escapar de alguna pesadilla de ultratumba. Así que una sonrisa un tanto siniestra se postro en su rostro; la chica no imaginaba lo que le esperaba al alba.

Por lo que empezó a recorrer los pasillos de su departamento a la espera del amanecer; tratando de comprender la jodida razón que le obligo, casi como un impulso inconsciente a traerla cuando le vio tan desprotegida, con el rastro rojizo de las lagrimas en su rostro y sus vestiduras rasgadas de tal forma que parecía la obra de algún animal irracional. Y empezó a burlarse de si mismo; casi con reproche ¿Desde cuando un asesino que solo vive por el dinero, siente lastima por alguien?

¡Demonios! ¡Maldita mierda! ¿Estaba el terrible Iceman ablandándose? ¿Que era lo que se le hacia tan familiar de esa fémina? Golpeo la pared en un intento desesperado de calmar sus emociones, de calmar sus pensamientos y de mitigar los violentos latidos de su corazón que amenazaban con hacerle desfallecer en cualquier instante ¿Por que Gray Fullbuster quería regresar luego de tantos años de haber desaparecido? Si el mismo se había encargado de asesinar aquella faceta suya que era tan inútil para su trabajo ¿Que hacia que quisiera regresar?

Por lo que en medio de descabellados y angustiosos pensamientos se quedo frente a la ventana del salón principal divisando los primeros rayos del amanecer mientras esperaba con ansiado desespero porque el tiempo se moviera con mayor velocidad. Aquellas preguntas merecían respuesta.

Así que su vista comenzó a incomodarse por aquellos destellos dorados que trataban de pasar por encima de sus parpados, por lo que abrió sus ojos con velocidad; al parecer se había quedado dormido en aquel fino sofá de cuero negro y brillante; así que mientras regresaba a su recamara solo podía pensar en todas las preguntas que le haría a la mujer en cuanto despertara, lo que al parecer seria dentro de poco, pues sus ojos comenzaban a abrirse.

"Buenos días princesa ¿Como se encuentra?" Dejo salir suavemente de sus labios mientras aquellos ojos color cielo le observaban con miedo y un poco de pánico; por lo que una sonrisa arrogantemente perversa se dibujo en su rostro. Esto era como jugar a caperucita y el lobo, donde era el lobo quien tenía a caperucita atrapada bajo las sabanas de su cama. "Espero que podamos tener una charla amigable ¿Cree lo mismo?" Y la chica al escucharle tembló nuevamente, el por su parte volvió a sonreír interesado. El juego estaba a punto de comenzar.

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