2. The Woman Of The Rain.

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"Entonces Alice observa detalladamente al minino de Cheshire con su sonrisa un tanto retorcida, mientras se pregunta ¿Esto va mas allá de una simple fantasía?"

"Buenos días princesa ¿Cómo está?" Y fijó sus ojos en aquellos de un profundo azul real, tan frío y gélido que causaban escalofríos; fue entonces que el terror y el pánico le invadieron ¿Dónde estaba? Y ¿Quién era aquel sujeto que le miraba de aquella forma tan amenazante?

Trato de pronunciar algún sonido, pero fue en vano, pues parecía que su garganta se había congelado en el instante que observó al joven de cabellos azabaches; quien no quitaba esa mirada, un tanto perversa de su persona. "Espero que podamos tener una charla amigable ¿Cree lo mismo?" y de nuevo su cuerpo comenzó a temblar inconscientemente mientras sus ojos amenazaban con cristalizarse. Al parecer, había pasado del purgatorio al infierno.

Pero en qué momento fue que terminó metida entre las sábanas de aquel joven de mirada glacial, en que instante fue separada de aquellos que osaban proclamarse sus dueños y señores, ¿Por qué había sido tomada de aquel sitio donde no era más que un juguete sexual? Entonces fue que su mente empezó a rememorar aquellos momentos transcurridos unas horas atrás, cuando escuchó el potente rugido de un disparo a la distancia, cuando aquel hombre desagradable y repugnante le arrojó contra aquella columna de mármol, aquel momento en el que su mente empezó a perderse en la inconsciencia y observó con sus últimas fuerzas como el sujeto que tenía sobre ella unos segundos antes caía muerto bajo un charco de su propia sangre mientras era observado por su joven verdugo; por lo que una auténtica mirada de horror se dibujó en su rostro, como en él se dibujó una sonrisilla un tanto siniestra. Odiaba cómo iba a iniciar este juego, en donde ella sería la pequeña liebre y él el potente y mortífero irbis, hambriento y sediento de sangre y temor.

"Aléjese de Juvia por favor" comento con el cuerpo tembloroso y al borde del llanto "Le aseguro que Juvia no hablara con nadie sobre eso, pero por favor déjela en paz". No quería llorar, desgraciadamente no pudo evitar hacerlo ya que no era capaz de controlar aquellas gotas tibias y saladas que comenzaban a deslizarse por su rostro; la figura masculina no hizo más que alzar una de sus cejas frente a su desesperada acción.

"Haga lo que le plazca señorita" Comentó con mirada venenosa, ella solo limpio su rostro con las sábanas "Por mi parte no me interesa lo que quiera o no quiera hacer. Es problema suyo después de todo" Luego de ello el chico desapareció por la puerta para perderse entre el pasillo del lugar; dejándole sola entre los sollozos que empezaron a escapar de su boca y las gotas de lluvia que empezaban a golpear en la ventana.  

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