Disfrutar.
Do Kyungsoo era una buena persona, y Jongin lo supo desde esa primera mañana en que le habló. A pesar de que tampoco le entendía, estaba bien, porque al menos lo intentaba. Realmente lo hacía, y Jongin lo notaba; notaba la culpa palpable cuando el otro se sentía mal por no poder descifrar las cosas, notaba las tentativas que hacía por comunicarse con él, y lo percibía porque Kyungsoo casi siempre se quedaba a su lado. En silencio; mientras leían, veían televisión o estaban en el patio, e incluso sin hacer cosa alguna.
Pero estaba ahí, sonriéndole cada vez que descubría que era observado.
La soledad a la cual estaba acostumbrado se había ido lejos en cinco días, lo necesario para que Jongin supiese que Kyungsoo no lo dejaría, al menos hasta que su trabajo acabase, pero en esos momentos eso no le preocupaba. Faltaba mucho y quería disfrutar la compañía de esa persona que le provocaba cosas nuevas sin siquiera decir palabra, una sonrisa ligera y Jongin era turbado de una manera agradable.
Sin embargo algo de sí mismo de pronto le molestaba más y más, y era el no hablar bien. Si pudiese hacerlo, podría conversar con su hyung y conocerlo debidamente, lo invitaría a dar vueltas a los lugares a los que solía ir con su madre cuando tenía días libres del trabajo, le preguntaría si puede quedarse quieto para hacer un retrato de él —aunque probablemente el pedir eso le daría tanta vergüenza que no sería capaz de verlo a los ojos de nuevo—, hay un sinfín de cosas se le vienen a la mente y le emocionan unos segundos antes de darse cuenta de su estado.
Una tarde después de comer, un súbito sueño lo obligó a dirigirse a su pieza a tomar una siesta. El día estaba extrañamente nuboso pero grato, y se durmió observando el cielo desde su cama.
Al despertar, lo primero que ve es a Kyungsoo observándolo y su interior da un brinco. Parecía un sueño. La sonrisa en los labios del otro era real.
Esa tarde Kyungsoo le contó de su idea, hablar a través de mensajes, hojas, por escrito. Jongin sabe que tiene errores al escribir, pero las ganas de acercarse a su hyung son mayores que la vergüenza que le produce hacerlo mal. Esa tarde, Jongin sintió delicados dedos recorrer su cabello.
Esa tarde, Jongin tuvo su primer amigo de verdad.
Do Kyungsoo era más que alguien lindo, era alguien inigualable, y Jongin pudo confiar en él sin siquiera saber más.
*
—¡Jongin! ¡Juguemos! —El tono lleno de alegría llega a la habitación de Jongin, cuya puerta es abierta de golpe, provocándole cerrar su libro de golpe—El día está lindo, salgamos a tomar aire al patio.
Jongin sonriente asiente y se pone de pie para seguir a Kyungsoo hasta el patio. En efecto, el día comenzaba a aclararse, dando un aire no tan frío y ganas de salir. Una vez afuera, Jongin no sabe qué hacer; su cuidador, un adulto joven, corría lo más rápido que podía a esconderse hacia el fondo entre los árboles antes de darle una mirada y sonrisa llena de diversión como esa de los niños pequeños a punto de jugar algo que les gusta.
¡Tu empiezas! —Grita lo suficientemente alto para que pueda escuchar— ¡Apuesto a que no puedes alcanzar a tu hyung!
Las comisuras de los labios de Jongin suben por sí solas en el momento en que escucha eso, y se apresura a correr directamente hacia la figura de Kyungsoo. El más bajo de inmediato de va entre la hilera de árboles y Jongin de nuevo se haya a una distancia considerable del otro. Suspira. ¿Cómo iba a atrapar al mayor si cada paso que se acercaba, ágilmente Kyungsoo lo retrocedía? Entonces opta por la opción más factible que se le ocurrió; asecharlo, lentamente.
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II. Repentant Times; Kaisoo · Saga GC
FanficActo 2. ❝A ratos se olvidaba de Kyungsoo, su cabeza se vaciaba en totalidad y respiraba y pestañeaba por naturaleza, pero esos momentos no duraban demasiado, no más de diez minutos. Recordaba ese rostro que de tan cerca había sido capaz de ver, esas...