Doce;

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Despertar.


—Hy-hyung.

Kyungsoo se sienta al ver el pote con pequeños trozos de fruta picada que el afásico tiene en sus manos, y palmea el sitio junto a él en la cama. Jongin sencillamente se sienta feliz. Se acomoda y cuando va a tomar los palillos, se da cuenta de que solo hay un par, había olvidado los otros en la mesa. Hace ademan de pararse, pero una mano sujetando su muñeca lo interrumpe en su acción y vuelve a caer a su lugar en el blando colchón haciéndolo rebotar.

—No vayas. Comamos con estos —dice Kyungsoo despreocupado, posicionando los palillos entre sus dedos y tomando un trozo de fruta.

Jongin no entiende, pero cuando ve a Kyungsoo acercando la fruta hacia él, toda duda es eliminada. Con algo de clara timidez abre su boca y deja que el trozo caiga en el interior. Lo mastica lentamente, es jugoso, delicioso, y su hyung se lo había dado. No podía estar más complacido. El mayor lo analiza tiernamente cada vez que lo alimenta, van a la mitad del pote cuando Jongin levanta su palma y lo hace detenerse. Toma los palillos de las manos de Kyungsoo rozando su piel, y ahora es él quien toma un trozo de fruta. Sería una total mentira si dijese que no estánervioso por alimentar a su hyung.

Aproxima los palillos a esos labios gruesos y observa fijamente cómo el mayor los separa, listo para recibir la comida. Era alucinante, Jongin traga pesadamente y desliza un trozo de frutilla en el interior. Kyungsoo lo mira de vuelta con ojos curiosos mientras procesa el alimento. El menor toma otro pedazo y esta vez lo aproxima más lentamente que la primera, sin darse cuenta, abre sus labios al mismo tiempo que los otros. Por alguna razón, Kyungsoo también se demora y eso hace a Jongin sonrojarse un poco más de lo que ya está.

Es el sexto pedazo, y Jongin lame sus labios, de nuevo, llevaba haciéndolo hace varios minutos. Era tentador y no estaba seguro de la razón. Mirar los labios de Kyungsoo tan inmutablemente era un verdadero privilegio.

Cuando Jongin lleva el octavo pedazo a la boca, el trozo de frutilla se resbala a medio camino y cae sobre el paño que habían puesto en sus regazos. Sin pensar, Jongin lo toma con sus dedos y lo allega con extrema lentitud a los labios que lo esperan. Se le ocurre mirar hacia arriba, y los dos cruzan sus miradas cuando la frutilla finalmente pasa a través de los dientes y un músculo húmedo rosa sus yemas.

Su corazón se apresura.

Jongin piensa que los ojos de Kyungsoo se ven diferentes, la mirada no era la misma de siempre; sus pupilas son más hondas, más serias, más penetrantes. No sabe que es eso, pero hace que las mariposas y cosquilleos bajen un poco más al sur de lo que estaban. Hay calor, uno diferente. Pasa algo extraño con su cuerpo y es nuevo.

Jongin baja la mirada, algo le estaba sucediendo. Mira el pote, aún hay trozos, pero no se cree capaz de seguir haciendo eso. Algo roza su brazo, probablemente Kyungsoo, pero igualmente da un pequeño salto ante el contacto. Se para rápidamente y sale de la habitación, encerrándose en el baño y apoyándose contra las baldosas de la pared.

Allí se da cuenta de qué es exactamente lo que va diferente con él. Su parte baja estaba como cuando despierta algunas mañanas, dura.

Está mal, está mal.

Jongin se moja la cara y se vuelve a apoyar contra lo frío del cuarto, son siete minutos los que pasan para lograr calmarse y volver donde su hyung, totalmente avergonzado.


*


II. Repentant Times; Kaisoo · Saga GCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora