REMEDIOS, la curandera, no se separaba de la cofia ni para dormir. Su consulta era un tanto particular. Estaba en una pequeña casa de piedra con tejado de paja y chimenea, coronada con una veleta con forma de unicornio que siempre llamaba la atención de Vakypandy. Vivía rodeada de calderos y más calderos. Desde el portón de madera les preguntó si se encontraban bien, si tenían frío o calor, si les dolía la cabeza o si eso que le había parecido ver era una leve renguera.
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SIEMPRE SE PREOCUPA POR
EL BIENESTAR DE TODO EL MUNDO...
y, quizá por eso, era una de las mejores curanderas que se podían encontrar. Tenía recetas de pociones que podían sanar casi cualquier cosa y, si no sabía cómo hacer una para curar alguna dolencia concreta, no dejaba de probar fórmulas hasta dar con la que tenía el efecto que ella quería.
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WIGETTA Y EL BÁCULO DORADO
ФэнтезиDespués del último ataque sufrido, los habitantes de Pueblo han recuperado la tranquilidad y su existencia transcurre en paz. Todo parece funcionar a la perfección. Sin embargo, una serie de misteriosas desapariciones van alterar las cosas... Una am...