Luna
Trabajar con Demian era un sueño hecho realidad. Me adapte a su ritmo. En un par de semanas conocía los procesos, los contactos importantes. Las personas que él trataba de quitar del medio y... a un par de amantes. La atracción mutua que había sentido cuando me mude al apartamento nunca floreció al menos de su parte. En el trabajo era un jefe exigente, aunque siempre alababa mi trabajo impecable.
Jane se convirtió en mi primera y verdadera amiga permanente. Ella venía de el servicio social. Había estado en varios hogares de acogida y a los 18 consiguió una beca para estudiar administración y fue trabajando en distintos lugares hasta terminar su carrera. Sus tatuajes eran coloridos y llenos de imaginación, me contaba que era capaz de quedarse sin cenar un par de noches para juntar dinero para hacérselos antes. Ahora con el sueldo de secretaria de presidencia solo tenía que hacerse el tiempo. Su cuerpo era una obra de arte. Su estilo pin up para vestir peinarse y maquillaje era la envidia de las zorras de recepción y recursos humanos. Nosotras hacíamos nuestro propio frente en presidencia. Las dos éramos sinceras, directas y nos habíamos tomado gran cariño.
Las amantes de Demian me ponían los pelos de punta. El parecía no mirar dos veces a la misma mujer. Tenia estrictamente prohibido pasar llamadas de cualquier mujer sea por el asunto que sea. Solo sabía que salía con alguna cuando me pedía hacer una reserva en algún restaurante elegante para dos. Nunca era conmigo esa cena.
Sin embargo cuando estábamos cerca su lenguaje corporal y su mirada hacia mi cuerpo decían algo diferente. Decían que yo le atraía. Pero siempre supuse que aunque él me había ayudado a salir adelante nunca se fijaría en una ex desnudista para verla como una pareja, siquiera valía para una follada de una noche. El debía pensar que había estado con muchos hombres pero la verdad es que en cinco años después de la horrible primera experiencia con mi ex y las decepcionantes pocas siguientes no había estado mas que con dos o tres compañeros sexuales que no fueron grandes experiencias.
Sábado en la noche me preparo con Jane para salir a la discoteca de un amigo que ella hizo en donde trabajaba antes. Demian me hizo reservarle en un restaurante para dos personas como cada sábado desde hace un mes y perdí las esperanzas de que alguna vez me invitara a cenar. No es que sea brusco conmigo o que me ignore solo me trata como a una empleada/ amiga. Y eso es frustrante cuando todo lo que quiero hacer es arrancarle el traje y follarlo en la alfombra de la oficina. Dejo de pensar en el y termino mi maquillaje, algo natural para no quedar como mapache cuando transpire por bailar... porque pienso bailar mucho hoy.
Llevo un vestido negro no es escotado pero las tiras y la seda del escote le dan un aire sexy sin mostrar nada en realidad. Se amoldaba a mi cuerpo sin ser ajustado dándome una forma fantástica. Lo acompañe con unas botas que llegaban bajo mis rodillas y tenían un taco corrido para bailar sin sufrir. Jane estaba en su onda motorista. Jeans híper ajustados y un top alter plateado, su cabello con un peinado pin up y su maquillaje siempre impecable. Sus tatuajes brillantes
_ Nena si esta noche no follamos me haré lesbiana_ dice y me hace reír
_ eres bi sexual J_
_ lo sé pero se me da bien fingir_ me hace reír de nuevo.
Tomamos un taxi porque dos cosas van a pasar hoy, una nos vamos a emborrachar otra J conseguirá con quien follar y seguramente me vuelva sola a casa. Hablamos de todo y de nada mientras el taxi avanza al centro de Seattle. Cuando llegamos me sorprendo. La discoteca es un lujo, sus puertas son de cristal negro pero tiene unas extrañas incrustaciones de brillantes marcando en cada una las iniciales de el nombre de la discoteca Demons Night. La fila llega hasta la esquina y creo que no vamos a entrar hasta la madrugada pero J saca unas invitaciones doradas de su pequeño bolso y avanzando a todos se las entrega al gorila de la puerta. El las mira asiente con la cabeza y nos abre la puerta. J le giña el ojo al grandulón mientras escuchamos las protestas de la gente que espera en la fila. El lugar está lleno pero aun así se ve lujoso, barras negras con luces de neón debajo señalan donde puedes conseguir bebidas, la pista esta unos escalones más abajo y la pasarela tiene los bordes iluminados sobre el piso negro espejado. Sigo a J no se a donde hasta que llegamos a una escalera iluminada con espejos negros J le muestra las entradas al guardia y el nos despeja el paso.
La sala vip era mucho más lujos que el resto del club , espejos cincelados oscuros ayudaban a la tenue y elegante iluminación, la pista de baile era más pequeña pero despedía luces desde la superficie negra. Había largas banquetas alrededor de mesas para tragos en un costado y cómodos privados con sillones alrededor de mesas de vidrio espejado con las siglas del club. Realmente lujoso. Las camareras venían vestidas con una especie de disfraz de camarera francesa con faldas cortas y zapatos Mary Jane con tacones cómodos. Hubiera dado mi vida por un trabajo así cuando estaba en el club pero ahora tenía algo mucho mejor. Nos sentamos en una de las sillas altas y una camarera nos trajo champaña. En el vip las bebidas eran gratuitas y las camareras pasaban con varias copas de diferentes colores y champaña entre la gente. Terminamos de brindar y comenzamos a bailar. La música electrónica era muy buena y realmente daba ganas de moverse. Pasamos varias horas bebiendo y bailando entre nosotras y con chicos del vip que tenían una buena vibra. J sin hacerse desear empezó a coquetear no solo con un si no con dos de ellos. Si había algo que admiraba de J es que ella disfrutaba de su sexualidad con responsabilidad pero sin tabúes. Si quería estar con dos hombres lo estaba, si quería estar con una pareja lo estaba, ella solo se dedicaba a disfrutar y sentir placer. Yo no podía separar el sexo del amor, para mi debían ir de la mano. No serbia para una follada de una noche, lo sabía de primera mano. Seguí bailando perdida en la música, sin pensar en nada cuando unas manos fuertes se posaron en mis caderas desde atrás.
Me di vuelta para alejar al descarado cuando me encontré de frente con un pecho duro y amplio en una camisa de seda blanca impecable, levante mi mirada para encontrar a Demian. Estaba algo bebida ya así que comencé a moverme sensual entre sus manos. El comenzó a moverse conmigo... desconfía de un hombre que sabe bailar decía Candy y Demian sabía hacerlo. Deje de pensar, solo me entregue al placer del roce de sus manos. Me doy vuelta y al ritmo hipnótico de la música me meneo contra él. Sus manos se mueven entre mi cintura y mis caderas al ritmo de mis movimientos. Me di vuelta para enfrentarlo, quería sentirlo de frente ver su mirada de deseo hacia mí. La que siempre había deseado ver. Y la vi, me miraba con puro fuego en sus maravillosos ojos. Me tomo de la mano y me llevo hacia un lugar aparte. Sin mediar palabras me llevo contra la pared y antes de que pudiera pensar su boca estaba en la mía. Apasionadamente, su sabor era embriagante, su lengua ambiciosa devoraba mi boca, me consumía en un beso como jamás me habían dado. Podía sentir su erección pulsando en mi esternón. No sé cómo pero me aferre a su cuello y mis piernas terminaron enrolladas en sus caderas sintiendo su erección justo donde la necesitaba, en mis mojadas bragas. Me empujo contra la pared y comenzó a mecerse contra mi, nuestras bocas se devoraban intensas sin saciarse mis pezones dolían por ser tocados y quería que me follara, no me importaba que pudieran vernos no me importaba el escándalo público solo quería aliviar el dolor en el centro de mis piernas. Y de pronto... todo se detuvo, Demian separó su boca de la mía, me bajo al suelo y me miró como si hubiera cometido un crimen. Su respiración estaba agitada como la mía, podía ver su corazón latiendo contra su camisa. Su expresión pasó de confusión a furia. Sus ojos se volvieron helados y se fue... malditamente se fue...
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Runaway Girl
ChickLitElla huyo toda su vida tratando de ser alguien más. Cuando él la encontró también se encontró a sí misma.