"Su Colonia"

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Llevábamos una hora i media de camino, yo ya había llamado a mi madre, cuando le conté lo de que iban a venir Adam y su primo se alegró mucho y empezó a preguntarme sobre la boda, le dije que le contaría todo al llegar a casa.

Me encanta la noche... ella es tan hermosa tiene su oscuridad y su luz (estrellas), creo que es perfecta.  Los viajes en coche tenian su parte agradable y era ver lo bella que era la noche.

A veces en la ventana de casa me quedaba horas viendo el cielo de noche, cerraba los ojos y respiraba tranquila, porque otra parte bella que tiene la noche es el silencio... Toda esa tranquilidad en el coche fue rota por el coche que iba delante y ya sabéis de quién es el coche...

Mi buen y querido Adam en ese momento se convirtió en el traidor y peor tío, junto a la primera persona que me cae mal sin haberla conocido aún. Ellos rompieron mi armonía con su dichosa música Hipi Marroquina, la llamó así porque una vez se me ocurrió ponerle ese nombre.

Yo solo quiero que se acabe esta mala noche. Miré a mi padre y se le notaba la cara de cansancio, si tuviera mi carnet de conducir en las manos no hubiera ocurrido esto y yo ya estaría en mi cómoda cama tranquilamente mientras leo un poco antes de dormir.

La realidad ya era otra cosa, yo aún no tengo mi carnet porque me lo estoy intentando sacar y lo peor es que la teoria es muy complicada.

Dejé estar el carnet de conducir y me concentré en mi alrededor, parece que ya estábamos en mi querida ciudad... Sólo faltaba buscar parking y poder llegar a mi casa...

Estuvimos como 5 minutos buscando un sitio donde pudieran aparcar dos coches a la vez y imaginaros que ni encontrábamos ni para un coche, esto ya se estaba haciendo complicado.

Después de un ratito más encontramos dos plazas, nos venían perfectas. Yo tan feliz de llegar a casa, ni me había dado cuenta de algo... Al aparcar los dos coches, uno de mi padre y otro del Risitas, es que la parte de donde salía yo es la parte de donde sále el piloto del otro coche y ya imagináis de quien se trataba.

Pensé en ser lista y salir antes que él del coche pero sólo al abrir la puerta él también lo estaba haciendo, sabía perfectamente que tramaba algo.

Una vez salí del coche me encontré con esos ojos que me dejaban sin respiración, no quería que me intimidara así que baje mi vista y seguí a mis hermanas. Él me miró como si buscara algo en mi rostro, pero creo que no tubo demasiado tiempo.

Cuándo llege a casa, mi querida madre me esperaba con una sonrisa de oreja a oreja. Yo sabía que estos momentos la ponían muy contenta, así que tuve que finguir felicidad.

Ya en casa me sentí más relajada pero no recordé lo peor ( las presentaciones ), sabía perfectamente que Adam quería presentarme al Risitas y yo no tenía ganas de nada después de que ellos que hubiesen destrozado la noche.

Después de un rato que no paraba de preparar y servir, descansé un momento. Mi padre había entrado al baño para luego poder rezar.

Sabía que algo pasaria está noche pero no algo de lo que me sintiera feliz. Mi amado tío Adam empezó a buscarme por toda la casa como loco hasta que me encontró en el balcón, yo estaba relajada pero no sé como se las hizo para poder asustarme, tuve suerte de no haber gritado ya que eran casi las 4 de la noche.

Notaba en la cara de Adam algo diferente pero seguía sin saber que era, no entendía para nada esta situación.

- Hanan... Puedes venir conmigo... - me dijo Adam, yo me quedé plasmada no entendía porque le costaba tanto hablar, quería saber ya lo que pasaba así que acepté.

- Claro. - dije eso y le seguí. Durante el camino, me quedé pensando y por fin supe lo que quería Adam.

Entramos en la habitación que reservábamos sólo para los invitados que venían y sólo pude ver una figura sentada observándome.

Ahora se podía ver a la perfección, su sonrisa era preciosa. Me observaba tan detenidamente que llegué a pensar que no habria fin.

Lo único que en esos momentos me fascinaba era la colonia que se podía oler en la habitación, en ella se podía captar cualquier tipo de sentimiento. Yo sabía que esa colonia no era ni de Adam ni de mi padre así que sólo quedaba el Risitas. Creo que esa agradable colonia me hizo perdonarle todo lo ocurrido esa noche.

Ninguno de nosotros dos pudimos apartar la mirada porque no podíamos parar de observarnos. Adam estaba parado entre los dos, noté que nos estaba mirando así que aparté la mirada del Risitas y la puse en Adam.

Ya era hora de saber el nombre del Risitas porque ya me estaba cansando de ser la tonta entre ellos dos.

- Hanan, él es... - empezó a decir Adam.

Primero del todo quiero pediros perdón por la tardanza, lo siento.
Espero que os guste. Pronto seguiré...

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- H -

¿Miedo? a PerderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora