Capítulo 3, Realidad azul

566 79 15
                                    

"El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños."

—Eleanor Roosevelt

Capítulo 3

El lunes llegó más rápido de lo que muchos hubieran deseado, muchos a excepción de Yuu. Él prefería salir de su casa aunque fuera a soportar las interminables clases de las cuales no prestaba atención a algunas. Una cosa era atender a las clases y otra diferente era tomar nota de todo lo que el profesor decía, después de todo, solo debía revisar sus notas en caso de no saber algo.

Ese era uno de sus días en los cuales no quería atender ni por error a las palabras del maestro. Estaba solo él y su cuaderno llenó de diferentes dibujos que no tenían sentido alguno. Quizá unos pocos eran en extremo curiosos, hasta para él mismo que había dibujado a todos aquellos.

Miró una vez más la hoja, había intentado recordar varias veces el sueño de la noche anterior. A penas y tenía imágenes que lo perturbaban por lo reales que se veían, porque cuando despertaba la realidad parecía ser en realidad una pesadilla. Aunque sus sueños mostraban un mundo muy distinto al cual vivía eso no importaba, por alguna razón se le hizo tan agradable ese sueño.

Era como si yo en realidad perteneciera a él.

Pero no era posible pertenecer a un sueño, ellos eran creados por la mente. Y al parecer su mente se había vuelto demasiado creativa para ese tipo de cosas que lo mantenían distraído.

Esa mañana llenó su hoja de diferentes dibujos de ojos, todos tan diferentes unos de otros que no podía creer que aún no lograba capturar la imagen de aquellos que seguían en su cabeza firmemente. Tan claros para él, pero a la vez tan distantes que no lo soportaba.

—¿Yuu?

El mencionado levantó la cabeza, vio a su alrededor y notó que todos a su alrededor se habían levantado de sus asientos para salir al receso a comprar algo de comer. No notó cuando acabaron las clases.

Shinoa lo miró con preocupación en su rostro. Ver a su amigo tan distraído no era común, si bien él era así por naturaleza, parecía empeorar con el paso de sus días. Las palabras que Yuu le dijo el día de la fiesta pasaron por su cabeza, entonces, tomó asiento frente a lugar de Yuu, mirando al muchacho y seguido a los lados para asegurarse de que nadie se entrometiera en su conversación.

—Estás muy distraído —comentó—. Últimamente de la pasas soñando, y no me dices si quiera que está pasando por su cabeza.

Yuu miró a un lado antes de encarar a la chica. Quería decirle que lo estaba atormentando, pero le parecía que era una tontería pensar en ello, y que seguramente Shinoa iba a pensar y decirle lo mismo.

—El otro día —comenzó Shinoa—, quiero decir, el día de la fiesta.

—¿Sí?

—¿No recuerdas haberme dicho algo mientras esperábamos que Shinya llegara?

Yuu recapitulo esa noche, pero tenía un pedazo de su mente en blanco. Negó con la cabeza y Shinoa suspiró, dio un vistazo por la ventana y volvió su mirada a Yuu.

—Me hablaste de unos ojos azules —dijo ella. —Estabas dormido, y comenzaste a murmurar acerca del cielo y lo azules que eran, también sonreías.

Yuu la escuchó en silencio.

—Pero... de un momento a otro derramaste algunas lágrimas. No sé qué estabas soñando, pero parecías muy feliz en un principio, no entiendo que pasó para que comenzaras a llorar de la nada. También me preguntaba algo, no conocemos a nadie de ojos azules.

Contando SiglosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora