Desde chico he visto la presencia de otro niño en mi casa.
Soy Ethan Jace, tengo trece años, estudio el segundo año de secundaria.
Tenía cinco años y me daba miedo bajar a la cocina a tomar agua porque en el recibidor había siempre un niño de la misma edad esperándome para jugar, aceptaría su invitación si no fueran las tres de la mañana y lo esencial, que él estuviera vivo.La mayoría de mi familia no lo sabe, sólo mi tía Elena a quién le dije sobre ese niño, ahora de grande entendí que ella pensó que sólo eran cosas de niños, quizás mi amigo imaginario.
Pero al cumplir los siete años no volví a verlo. Pensé que todo había terminado. Me sentía aliviado, pues podía ir a tomar un poco de agua sin miedo a verlo ahí de pie, esperando.
Seguí mi vida como cualquier otro chico lo haría, decidí que sería mejor si suprimía la parte del fantasma, nunca lo mencioné.
Además nunca me había encontrado a alguien que hablara acerca de fantasmas.Se acercaba el final de las vacaciones, era necesario regresar a la escuela, al menos vería más a mis amigos Scott y Jack. Ellos habían viajado a Canadá con sus respectivas familias. Por lo que este verano me la pasé solo.
La casa era algo grande, la ventaja de todo es que en mi habitación estaba el acceso hacia el ático, todo mundo suele guardar demasiadas cosas antiguas ahí pero mi familia no, ese lugar estaba vacío. Ese lugar era como mi refugio, me subía a leer y hacer tarea, era demasiado silencioso, a veces subía a jugar videojuegos o ver películas con mis amigos.
***
-¡Ethan! ¿Dónde estás? Gritó mi madre desde mi habitación.
-Enseguida bajo. Dije desde el ático.
-Te he dicho mil y un veces que no me gusta que subas ahí, ese lugar me da miedo.
-A mí no, es un lugar tranquilo para trabajar.
-Pues si tú lo dices. Dijo sarcástica. -Oye, cambiando de tema, necesito que vayas a la casa de tu tía Elena por los documentos que le pedí.
-Me dices que el ático es tenebroso cuando esa casa parece sacada de una película de terror... jajaja
-Lo sé, no puedo creer ¿cómo vive ahí tu tía Elena?, le dije que no viva sola, que aquí le prestamos una habitación.
-Lo sé, pero en fin. En seguida regreso.
No estaba lejos, vivimos en Amytiville, es una ciudad pequeña.
Al llegar a la casa de mi tía Elena vi que la puerta estaba entre abierta, así que decidí entrar.-Hola. ¿Tía? La puerta estaba abierta, así que me pasé.
Sentí mucho frío al entrar a la casa, era una casa antigua, tenía el recibidor al entrar y después un gran corredor con su jardín al centro, pareciere que la casa estuviese abandonada, excepto por mi tía que vivía ahí.
Al final del jardín vi la silueta de una mujer por lo que presentí que era ella, la verdad ya necesitaba podar sus plantas, esto parecía una jungla.
-Ya sé hacia dónde va, se ha de dirigir a alguna de sus bancas que tiene en el centro del jardín para contemplar sus preciadas flores. Dije animoso.
Al ir recorriendo entre sus angostos andadores llenos de ramas y flores distinguí que mi tía Elena estaba sentada dándome la espalda, tal y como lo había dicho.
-Hola tía Elena, vine por los documentos. Dije gustoso. Pero mi tía no volteó, así que decidí tocar su hombro. Me percaté que estaba helada, giró su cabeza como si fuera a verme pero...
-Ayúdame. Dijo una voz casi susurrante.
No era mi tía, jamás la había visto. Cerré mis ojos y al abrirlos ya no estaba. Me sentí mareado, confundido, asustado, no sabía qué hacer.
-Con que ahí estabas. Dijo sorprendida.
Me interrumpió esa voz. Me hizo volver a la realidad.
-Sí, aquí estoy tía Elena, la puerta estaba abierta, pero te estaba buscando.
-¡Ah! Es cierto, me habló Fernanda, la vecina, para que la ayudara con unas recetas. ¿Pero qué tienes? Te miras asustado, pálido. De seguro no haz desayuno. Ven para darte algo de comida.
-Sabes que nunca he rechazado tu exquisita comida.
La verdad no sabía que me había pasado, no quería pensar que las visiones regresarían, pero ahora más fuertes, pues ya no era un niño lo que había visto. Esto había sido tan raro.-Hice lo que te gusta, pollo empanizado con verduras cocidas.
-Me encanta venir a visitarte, no creas que sólo te visito por la comida, pero eso influye mucho.
-Jajajaja! Eres un sinvergüenza.
Platicamos un buen rato. No sentimos pasar el tiempo.
-¡Santo Dios! ¡No puedo creer, es demasiado tarde! Me va a ir mal con mi mamá, eso documentos necesitaba enviarlos por fax lo más pronto posible. Debo irme tía. Dije apresurado.
-No tengas pendiente, corre, fue un gusto que vinieras. Vuelve pronto antes de que se terminen tus vacaciones.
-Sí, lo haré. Tenlo por seguro.
Llegué a casa, había salido alrededor de las 11:00am y eran las 4:00pm. Como era de esperarse, mi madre estaba desesperada por los documentos.
-Ya era hora, ¿para que querías un celular si no lo vas a usar? Te estuve llamando varias veces, hasta que lo escuché vibrar en tu habitación.
-Lo siento mamá, salí tan rápido que se me olvidó llevarme el celular. Aquí tienes los documentos. Te manda saludos la tía Elena.
-Gracias Ethan. Oye, saldré a las oficinas del banco porque necesitan estos documentos, aparte enviaré otros por fax. Me voy a volver loca con tanto trámite. Esto de que tu abuela me haya dejado un fideicomiso es bueno pero basta de tanto trámite.
-Está bien mamá. Ve con cuidado.
Estuve en mi habitación el resto de la tarde, dándole vueltas a lo ocurrido en la casa de mi tía Elena. Pero algo sucedió, no podía recordar el rostro de la mujer. Me quedé dormido con mis audífonos puestos escuchando música de Shakira, obvio que la antigua, esa que tenía tan bellas composiciones llenas de sentimientos, no la actual, la que se había hecho más comercial, la que era más ritmo y promoción. Bueno ese es mi punto de vista. Sé que la conocí por una canción reciente pero cuando investigué sobre ella conocí sus primeros álbumes, los cuáles me fascinaron bastante.
-¡Hey! Despierta. Es hora de cenar. Traje pizza, hawaiana como te gusta. Tu papá no tarda en llegar de la oficina. La reunión se retrasó porque el socio de Inglaterra se le demoró su vuelo. Así que déjale unas rebanadas.
-Sí, lo haré, no te preocupes.
-Yo me compré una malteada de frutas en el Starbucks, así que no voy a cenar. Estaré en la sala revisando unos documentos.
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Sexto Sentido: Revelaciones
Teen Fiction¿Alguna vez has sentido que alguien necesita decirte algo? Pero ¿qué harías si esa persona está muerta? La mayoría de las personas piensa que los fantasmas son cosa de las películas pero otros sabemos muy bien que no. Soy Ethan Jace y esta es mi his...