El encuentro

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-Todo comenzó un muy caluroso día de verano. Soy el primero en despertar, y como siempre me levanto muy temprano; me da tiempo de sobra antes de ir al instituto. Ordeno mi habitación, me preparo para entrar a la ducha, me visto el uniforme, preparo la mochila con lo necesario y bajo a la cocina para hacer el desayuno, un ciclo que siempre estoy acostumbrado a hacer. Esta vez se me apetecía un poco de café negro y unas tostadas a la francesa con huevo y tocino. Saco una taza, preparo el café de forma "chorreada" (consiste en hervir agua y luego echarlo lentamente sobre una pequeña bolsita de tela rellena de café molido, técnica usada comúnmente en países latinoamericanos; muy delicioso), y lo vierto en la taza; cocino un poco de huevo pateado y tocino; tuesto pan en la tostadora (valga la redundancia), le unto mantequilla, y finalmente le agrego el huevo y el tocino. Muchas veces me queda rico, pero hay veces en las que me sale fenomenal y esta vez era una de esas. Al finalizar, limpio toda la zona en la que trabajé y comí, dejo un poco para mi padre y mi hermana, me cepillo los dientes y me voy a la parada de buses, listo para otro arduo día lectivo.

-Durante la espera, recordé que se realizarían varias actividades sobre un festival que hacen en el pueblo en conmemoración a su fundador, Charles West, y el aniversario de Westville; en el instituto se celebran unos días antes. Casi siempre lo que hacen son ventas de aperitivos, concursos artísticos, ferias científicas, torneos deportivos, discursos, entre otros... El año anterior había sido bastante entretenido y anhelaba saber cómo sería esta vez, ya me encontraba ahorrando un poco de dinero para invertirlo en varias cosas chulas obtenibles como premios de muchos juegos.

-Por fin ya había llegado el bus y el conductor empezó a subir a los estudiantes. Comúnmente me siento en un asiento cercano a la ventana en la mitad del bus, donde no estén personas que me molesten mientras veo a través del cristal, siempre me ha gustado observar el paisaje cuando el bus anda. La mayoría de las veces me siento en solitario durante todo el viaje y las pocas veces que voy acompañado es con aquel matón que molestaba a todos, en especial a mí, su nombre es Chuck Morrinson. Esta vez por mera casualidad él nunca puso ni un solo pie en el bus, eso provocó que estuviera muy contento y con mucha seguridad; me alegró la mañana.

-Cuando el bus se  detuvo en la parada más cercana al instituto, todo mundo empezó a bajarse en picada, como si tuvieran prisa de hacer algo. Una vez bajados todos, yo había fui el último en salir, al bajarme me percaté de que en la entrada principal del instituto había una cantidad meramente grande de personas, sinceramente era algo muy impactante de ver, y un tanto abrumador.

-Cuando sonaron las campanas, todos entraron de manera amontonada. Decidí esperar hasta que la situación se calmara. En la entrada noté que un profesor se acercaba a mí mientras me llamaba la atención, en ese momento pensé que me iba a regañar por alguna cosa que había hecho, o no, pero me equivocaba, tan solo me buscaba para preguntarme si podía ser quien redactara una reseña de Westville para el festival, pues, era conocido por ser uno de los mejores escritores en Westdom. Al fin y al cabo decidí aceptar y le dije que iba a dar mi mayor esfuerzo, luego me percaté de que estaba empezando a ser tarde, de forma rápida me despedí de él y empecé a buscar el salón de clases.

-Cuando llegué el profesor de biología me regañó, pues, estaba llegando 10 minutos tarde y el único asiento que había disponible era al fondo, donde casi no podía ver lo que mostraba él y para suerte me tocó sentarme con Morrinson. Sentí que mi corazón se aceleraba por 100. La clase de hoy iba sobre la anatomía de un pez, debíamos abrir una incisión a la criatura e investigar su interior, eso me parecía asqueroso y a la vez cruel... encima mi compañero de trabajo se la pasaba molestando todo el tiempo, lo cual era bastante irritante, deseaba salir de aquella situación lo más antes posible y no volver a lidiar con él nunca más en lo que respecta trabajar.

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