Prólogo

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¿Dónde estoy? ¿Estoy muerta?

Poco a poco mis ojos se acostumbran a la luz, estoy en mi cuarto y estoy usando un vestido blanco. Todo esta exactamente igual, miro hacia mi cama y me sobresalto de verme ahí, pálida y estática, como un maniquí. La máquina al lado que marca los latidos del corazón me confirman que en efecto no morí. ¿Pero por que no siento nada?

Esto es tan parecido a uno de mis libros favoritos se encuentra en una especie de limbo donde puede ver a los demás pero los demás no pueden verla. Quizá sea así conmigo. No recuerdo muy bien lo que me pasó. Solo escuchar una fuerte explosión y luego oscuridad. Y después despierto aquí.

La puerta se abre y Engel ingresa. Platica conmigo un rato y me duele verlo así. Desearía encontrar alguna manera de comunicarme con él. Se va unos minutos después y casi al instante entra Lizzie. Se ve triste.

Se acerca a mi cama y me observa.

-Ay amiga ¿por que sucedió esto?

-Lo mismo quisiera saber- susurro.

Ella se sobresalta y mira a todos lados, después se fija en mi y parece que ve un fantasma, palidece y casi se desmaya. No puede ser que me haya escuchado y menos aun que pueda verme. Pero creo que es así por la expresión de susto y extrañeza en sus ojos.

-¿Becca?

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