El demonio y el ratón

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Sin darse cuenta por donde iba, una mujer y él chocaron, produciendo un pequeño y molesto rebote.

La humana en cuestión, que apestaba a mortalidad rancia, estaba jaloneando a una adolescente vestida de hada que "revoloteaba" muy cerca de un chico disfrazado de pirata.

Con solo un vistazo Cray pudo ver todo sobre la persona frente a él, cada pequeño detalle.

La mujer en cuestión vestía una falda larga, camisa de cuello alto y era mucho más baja que él, también era particularmente delgada, dentro de poco empezaría a mostrar una ligera curvatura de jorobado en su espalda -como si estuviese consumiéndose y momificandose en su cascarón- sus facciones eran severas, con arrugas marcadas en su frente y el área nasolabial, lo que quería decir que fruncía mucho el ceño y arrugaba frecuentemente los labios, con desaprobación y desprecio.

Además, no se podía ignorar que había una profunda maldad intrínseca rugiendo en sus pupilas.

Era tan claro, como si estuviese mirando a un organismo increíblemente simple con el microscopio más avanzado.

Los Nigrum no eran la "fuente" del mal, como los humanos atribuían a los demonios. Pero, eran sensibles y podría decirse que algo afectos a ello, porque lo que se conoce como "maldad" es una clase de "naturalidad pura", es tan instintiva como hacer el bien, y los Nigrum eran la espontaneidad de la "yoidad" en su máxima expresión, podían ser buenos, pero podían ser muy malos, porque el egoísmo no piensa en el bienestar o derechos del otro.

Claro que había otras particularidades que los diferenciaban de los habitantes de la tierra, un patio de juegos Nigrum y Alba. Usaban sus facultades mentales y corporales al 100%. Mucho había discutido la humanidad sobre qué pasaría si los humanos utilizaran sus capacidades al máximo, bueno... ellos eran sea verdadera superioridad.

Nacían con piernas y con alas, porque un verdadero cuerpo funcional puede dominarse tanto en el piso, como en el aire. También con características animales que garantizaban una mejor supervivencia, lo mejor de lo mejor.

En conclusión, ante lo dicho, no es que respondieran al mal, pero sí a la materialización de cada deseo, si lo querían... simplemente lo hacían ¿Por qué no? Nadie los detendría, no había un "Dios" y si lo había nadie había sabido de él durante eones, tanto que ya habían olvidado su existencia.

Cray siempre había creído que había huido para nunca volver, avergonzado de haber creado tres razas que en su momento consideró "perfectas"... Y que al final habían sido un terrible fracaso tras otro. Primero ellos, luego los Alba y por último los humanos.

Toda una increíble decepción para un ser superior que anhelaba el inexistente equilibrio. Incluso tenía cierta simpatía hacia ese ser superior que vagaba incomprendido y en soledad, casi era mejor pensar que había muerto, así finalmente habría dejado de pretender conocer el significado de la vida más que el resto, se habría disipado junto a ese doloroso anhelar.

La viciosa cosa lo miró iracunda, pero como era de esperarse en cuanto lo observó bien sonrió complaciente, dejando salir una repulsiva y potente sexualidad frustrada... El olor de su mohosa excitación le molestó de sobremanera.

Teniendo tan cerca a Annel, ese olor como la herrumbre y el agua estancada era inmundo, ahora que sus fosas nasales se habían inundado con el dulce aroma de Annel, no sabía cómo había podido tocar a otra Nigrum antes, por lo menos no sin devolver el contenido de su estómago.

Ahora que lo pensaba, todas habían olido a prostíbulo humano barato y ese asqueroso dulzor discordante de la carne descompuesta.

— Te pareces a un ángel — Dijo la mujer con un brillo vehemente en su rostro.

Oscuro Deseo CelestialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora