Después de tanto tiempo...PERCABETH

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Hola soy percy Jackson, soy lo que se dice un chico bastante normal, ahora vivo con mi super millonario padre en san francisco, pero eso no ha sido siempre asi. Pase toda mi infancia con mi madre Sally Jackson , la mujer mas increíble del mundo mundial ( si, he dicho mundo mundial ), hasta que cumpli los 15, y me tuve que ir con mi padre, mi madre no era precisamente rica y el abogado decidio que tendría una vida mejor con mi padre, no me quejaba de la vida que llevaba con mi padre , pero echaba demasiado de menos a mi madre y a mis amigos, sobretodo a mi mejor amiga annabeth, después de dos años de intenso odio mutuo, pude ganarme su confianza y con el tiempo me fui convirtiendo en su mejor amigo, hasta que me fui y no nos volvimos a ver, termine los estudios, ( me costo demasiado) y me gradue, desearía haberlo echo en casa, con mi familia y amigos, pero las circunstancias me lo impidieron , termine la carrera pronto, no esperaba encontrar una vocación, pues lo mio no eran los estudios, pero mi padre y yo decidimos que lo mejor seria estudiar una buena carrera, mi padre es el director de una gran empresa en nueva york, asi que al final acabe estudiando oceanografía y consiguiendo un trabajo en la empresa de mi padre como oceanográfo . a mis 23 años de edad ya tenia un trabajo asegurado y lo mejor es que era en nueva jork, iba a volver a casa .

Una vez en el avión ,pensé en todo lo que había vivido, me había enamorado, había reido, había sufrido..., pero sabia que eso no iba a tener punto de comparación con lo que viviría ahora. El avión llego al aeropuerto y busque a mi madre con la mirada, hasta que la vi, no la había visto en exactamente 8 años y juraría que seguía igual, su pelo negro estaba ahora con algunas canas blancas, su piel mas arrugada en los ojos y la frente, pero sus ojos y su sonrisa seguían igual, acojedoras como siempre, no dude ni un segundo en lanzarme a sus brazos - Percy...- dijo ella sollozando en mi hombro –mira que hombre mas guapo estas hecho – dijo cojiendo mi cara entre sus manos.

A este punto de la historia creo que va a ser bueno que os diga un poco mi evolución, pues lo que pueda pasar a partir de ahora, os puede dejar desconcertados. A mis 15 años era un chico nose, del monton por asi decirlo, se me daban bien los deportes, pero a pesar de eso era un chico mas bien flacucho, seguía teniendo el pelo igual de desordenado pero un poco mas corto de los lados que de la parte de , unos braquets, pagados por mi padre ayudaron a mis dientes a quedarse rectos, no tenia dientes de tiburón, pero si que tenia algunos cambados, mi aspecto había mejorado muy positivamente, ahora después de ser nadador profesional, necesitaba un entrenamiento para poder aguantar las duras competiciones, ahora no era flacucho, tenia brazos, piernas y espaldas fuertes, el nadar me había ayudado mucho, una de las cosas que parecía que mas le guataban a las chicas era mi abdomen, no es nada del otro mundo , pero tengo que admitir que estaba bastante marcado, nunca fui un chico con problemas estéticos, pero mi padre se empeño en que siguiera un tratamiento dermatológico, para el la imagen era muy importante, decía que si algún dia tenia mi propia empresa todas esas cosas eran muy importantes , por esa misma razón mi cara conocía bien a mi amiga la hojilla de afeitar, pues nunca iba con barba y en ese sentido mi padre me ayudo, también en saber que vestir, recuerdo que cuando íbamos a sus reuniones importantes iba siempre con trajes caros y corbatas, mi oufit normal eran unas vans azules marinas o las converse blancas, de toda la vida con pantalones vaqueros rasgados de pitillo, tenia dos pares rasgados a la rodilla, uno azul y otro negro que ya creo que de tanto lavarlos la lavadora les ha cojido mania, junto con mis bermudas color arena, las típicas con vuelta abajo y mis camisas lisas. Eso era básicamente lo que levaba en mi maleta.

-gracias mama- le dije dándole un beso en la frente, decir también que he pasado de un 1,57 a 1,83, por lo que que mi madre me abrazara se me hacia un poco raro –ya veo que el tiempo te ha tratado bien a ti también –le dije haciéndola reir.