Mientras tanto, en Piltover

16 1 4
                                    

-¡Baaaaaaalaaaaaaaassssss! -Gritaba.

-¡No escaparás esta vez! -Dijo Vi.

Corría y corría. Cada vez más deprisa.

-JAJAJAJAJAJAJAJA -Me partía.

Empecé a disparar a los soldados que aparecían ante mí.

-¡Oh, mira quién ha aparecido! ¡Eh, Sombreritos! ¿Quieres unirte a la fiesta?

-¡Agh! -Exclamaba Caitlyn.

Me dirigí a un edificio, subí, destrozando todo lo que encontraba a mi paso. Hasta la parte más alta, el despacho de Vi.

-¡Oh, pero qué tenemos aquí! Si es la caja fuerte. Justo lo que buscaba.

-¡Vuelve aquí! -Oí gritar a Caitlyn desde lejos.

-Voy a encerrarte en la peor celda y te condenaré a 150 años de cárcel, por todos los delitos que has cometido. -Dijo Vi, que se aproximaba.

-¿Cómo consigo abrir esto? Vamos a ver... Eh...

-¡Hey! Pasaba por aquí y te visto. ¿Te conozco? -Dijo una voz.

-¿Quién eres tú? -Dije apuntándole con mi cañón.

-Soy Ekko, encantado. Me parece que estás intentando abrir eso. ¿Quieres que te ayude?

-Bah. Espinas y yo somos muy inteligentes, no hace falta.

-¿Espinas? ¿Es alguna mascota?

-¡Vamos, maldita máquina destructora! ¡No eres más que chatarra! ¡Voy a quemarte y a reemplazarte por un nuevo arma!

-¡Armas! ¡Qué original!

-¿Me ayudas o qué?

-Claro, claro. Veamos... El código debe estar en alguna parte.

-Iré a buscarlo.

Miré en cajones, armarios... Pero no había nada.

-¡Espinas! ¿Podrías ser útil alguna vez? ¡Oh, creo que lo he encontrado!

-A ver.

-¿Es esto?

Se lo di.

-No, esto es una lista de la compra.

-Oh... Es verdad... Sigamos buscando.

Miré debajo de la alfombra, ahí estaba.

-¡Oh! ¿Es esto?

Le di la nota.

-¡Sí!

-¡Bien!

De repente, Vi entró por la puerta.

-Has tardado un poco, hermanita. -Dije.

-¡AGH!

Me intentó dar un puñetazo con sus enormes guantes, pero lo esquivé y le disparé en los pies.

-¡RETROCESO TEMPORAL! -Gritó Ekko.

Giró el reloj de su muñeca. Y de repente, nos encontrábamos cómo antes.

-¡Wow, jaja! ¿Qué ha sido eso? De repente todo ha hecho: ¡BOOM! Y Vi ha desaparecido. ¿A ti también te gustan las explosiones?

-Seh, bueno. Hay que introducir el código antes de que vuelva o tendré que retroceder el tiempo otra vez.

-¡Hazlo!

Pulsó unos botones y la caja se abrió. Dentro había un maletín.

-¡WOOHOOOO!

Ekko abrió el maletín y dentro había muchos, pero muchísimos billetes.

-¡Somos ricos! -Gritó Ekko.

Cogimos el maletín y nos fuimos.

-¡Espera! Antes de nada quiero hacer una cosa. -Dije.

-¿Qué vas a hacer?

-Voy a dejarles una sorpresa.

Cogí una nota y escribí.

«¡Mira! Esta es mi caja de las preocupaciones. ¡Está vacía!»

La dejé en la caja fuerte.

Salimos corriendo.

-Jajajaja. Eso ha sido genial. -Dijo Ekko.

-¡Sí! ¡Y somos ricos!

-Oye, ¿cómo vamos a repartir el dinero?

-Hmm...

-Está bien, vayamos a Zaun y lo gestionamos allí.

-¡Vale!

Detrás De Las Aulas, Armando FlautasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora