Cárcel de espinas.

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¿Qué ha sido de mis pensamientos? Invadidos por incertidumbre, tristeza, soledad y angustia llevan varias páginas en blanco. Se han apoderado de todo; cuerpo y mente. Todo se ha vuelto más oscuro, dejando el habitual tono grisáceo para tornarse en negro.

Hoy mi alma se busca a sí misma en un bosque, una arboleda hostil y amenazante. Un frío congelante la acecha sin dejarla respirar.

Mi voz es muda y mis oídos sordos. También se buscan perdidos en un pozo.

Uso uno de los pocos sentidos restantes para mirar al cielo. Un cielo oscuro en el que busco respuestas. ¿Respuestas a qué? ¿A un puñado de preguntas lanzadas al viento? Miro abajo y me encuentro a mí, borroso, difuso, fragmentado; en el reflejo de un charco. Agua, tierra y lágrimas reflejaban mi tristeza.

Es verano. O eso jura el termómetro. Mi piel aventura lo contrario. El Sol sólo me brinda frío que invade violentamente mis huesos.

Un lúgubre río separa mis diferencias. A un lado, impotencia, al otro, pena. Tan relacionadas y separadas a la vez...

Muerto por dentro, muerto por fuera: qué más da. La vida es pena con extractos de felicidad. Sin felicidad da igual muerto por fuera, que muerto por dentro. Muerta es el alma encerrada en una cárcel de espinas.

Memoria Del AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora