Latidos.

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Los latidos de mi corazón no me pertenecen. Laten al ritmo que marca otra persona, ella les da vida y nombre. Esa persona eres tú. La causante del fluir de mi sangre. Vivo en un estado de alegría con pequeños extractos de soledad y tristeza; la pena hace tiempo que no pisa mi ser. Has conseguido que recuerde lo que es vivir, sonreír y hasta llorar de felicidad. Se siente tan bien cuando no se llora por dolor.

Me mantienes en un limbo alejado de todo. ¿Vivo o es solo un sueño? Las nubes no sobrevuelan por encima de mi cabeza puesto que yo estoy en la más alta. Mantienes mi cabeza alejada del mundo real. ¿Qué es de nosotros si no estamos unidos? Simples mitades que se buscan para completarse. Simples mitades perdidas.

Abro los ojos y te veo a ti. Eres la felicidad y belleza del mundo. Los cierro y escucho tu voz cálida y penetrante. Escucho como me susurras cualquier arrebato amoroso que me invade y me fascina.

Se me pone la piel de gallina solo de pensar que estás cerca de mí. El roce de nuestras pieles altera mis sentidos.

Puedo ser muchas cosas. Un baúl lleno de secretos, un libro con dobles sentidos, un refrán sin significado y un poeta enamorado. Pero ante todo, soy tuyo y tú eres mía. Dueños de tantos sentimientos... Tú eres la musa que propicia cada brizna de talento, cada soplo de inspiración, cada bocanada de satisfacción... Bien sabes que de no ser por ti estas palabras no estarían bailando sobre tu pantalla.

 

Memoria Del AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora