Otra Estupida Historia De Amor.

Aquí vamos de nuevo.

Pararme esa mañana fue una tortura literal, no quería ir al instituto, el simple hecho de tener que ver a Adam era casi que repulsivo, pero no le iba a dar la satisfacción de verme mal, así que, con algo de maquillaje arregle mis ojeras de panda, me arregle, puse la mejor sonrisa que pude y salí al instituto.

-Skil, ¡Hey chica!- Sabana sonaba algo entre molesta y aliviada.
-Lo siento, no te escuche muy bien, ¿Qué tal todo?
-Genial, ¿Cómo sigues de aquello?, lo vi y te juro que no lo mate por que es ilegal.-entre cerro los ojos con ganas de matar a alguien, casi muero de la risa con esa cara.
-Jajajajaja ¡Sabana!, quita esa cara que no puedo parar de reír con ella y lo sabes- creo que medianamente me entendió de lo cargada de risas que estaba- y por otra parte, ensuciarse las manos con la sangre de Adam no lo vale, créeme y menos con la de Cristina. ¿vamos?, creo que llego tarde a química.

De ahí nos despedimos, ella me dejo en mi salón y ella tenia unos tres salones más arriba del mío.
Genial, olvide que mi compañera de química era esa maldita, sin embargo no iba a saltarme la clase.

-Pensé que no ibas a venir, rarita.
-¿Y darte la satisfacción de no verme hoy y joderte el día? Ni de locos, pendeja.

-Bagh, cómo sea. Te queria decir que la pase muy bien con Adam ayer, digo lo hace increible ¿no?. Oh, espera, recorde que eres una insegura de porqueria y no te sentias comoda...

-Mira, que te vayas de zorra no es mi lío Cristina, ahora, si no me acoste con él fue porque tenia clamida ¿Contenta? Mirate, por estúpida contragiste una enfermedad, a huevada.
Mieeeeeerda, la cague por 20 carajo, pero, estaba demasiado enfadada con ella, fingió ser mi amiga para después irse con él, supongo que a la final siempre termino confiando en las personas equivocadas, a excepción de Sab, bueno, meti la pata y con toda, ya valió. Pero debo admitir que la cara de Cristina no tenia precio, esa expresión de carajo-esto-no-es-real valía oro.
-¿¡Qué él tiene que!? ¡No puedes estar hablando en serio Skil.!
-Cristina ya por amor de Dios haz silencio- la maestra de química nos interrumpió brutalmente, odiaba esta clase, pero debía pasar el curso.
La clase paso de lo más normal y Cristina tenia una cara de preocupación jodidamente hermosa, pero la verdad, no quería pensar más en eso hoy.
De camino a casa compre un café y unas donas de chocolate, me hacen la vida, llegue a mi apartamento y oh santísimo cielo.
-¡Querida! ¿Qué tal el instituto hoy?- Germán tenia una sonrisa del tamaño de Dios, maldita sea, esto nunca es para nada bueno.
-Ehhh... Hola... Normal... Supongo, ¿Qué se te ofrece?.
-Ay yo nunca soy integrado contigo nena- Joder, como odio que me diga asi- ven... Solo un segundo- se iba acercando más cada vez.
-¡Lo eres siempre! Y quitate si no quieres que empiece a gritar, odio que estés tan cerca de mi y lo sabes.- Totalmente ignorado mi comentario, se empezó a acercar más.-¡Que te quites coño!
-Ah ah... Ni creas, no sabes cuanto he deseado esto, a pesar de tu falta de confianza, tienes un excelente cuerpo, -puso una cara de pedófilo que sencillamente daba asco; se acerco cada vez más como si mis puños no le causarán el más mínimo dolor.
-¡Carajo quitate! ¡AYUDA! ¡MAMÁÁÁÁ!
-Jajajajaja, no seas ridícula, tu mami no esta aquí para salvarte chiquita. Ahora, quedate quieta para poder hacer esto bien.

Mientras decía esto empezó a bajar su pantalón con una mano mientras con la otra sujetaba las mías, no son muy grandes mis manos, por lo que no necesitaba las dos para ello.
Estaba apundo de bajar su bóxer cuando le di con la rodilla en su miembro "ventajas de ser un Hobbit" dije a mis adentros.
-¡Aaah, maldita perra bastarda!- dijo mientras me soltaba y ponía sus manos en su entrepierna para intentar aliviar el dolor.
En ese momento salí corriendo de mi casa, corri como una media hora, con las lágrimas de por medio, pare por falta de aire.
Maldita sea, ¿¡Qué carajo voy a hacer ahora!?
-Mamá... Por Dios... ¡contesta!- empecé a gritarle al teléfono. Después de tres tonos contesto.
-¿Skil?
-Mami...- empece a sollozar- Germán... Él intento...
-¡Skil! No me vengas con mentiras, sé muy bien a que quieres llegar con esto y no, ¡No te lo pienso permitir! Él me hace muy feliz como para que me salgas con esto ahora, si no te agrada, sencillamente largate.
Colgué, me enoje y maldeci todo lo que pude, no sabia a dónde ir... No quería volver a casa, hoy no, posiblemente nunca.
Emepece a marcar un número que apenas y con las justas logre recordar.
-¿Hola?- Dios, hace mucho no escuchaba su voz.
-Ehhh... ¿Mauricio?
-Sí, con él, ¿Quién habla?
-Yo... Skil .
-¿¡Skil!?- sonaba más sorprendido de lo que me imagine, la verdad hace mucho no hablo con mi hermano, apenas cumplió la mayoría de edad se fue de la casa y me dejo llorando, me dio su numero por si se me ofrecía algo, pero la verdad estuve molesta con él mucho tiempo como para querer algo.
-Esto... Sí... Mauricio, ¿Crees poder venir por mi al parque central?
-Skil... Esto... Yo... Vale, en media hora llego allí.
-Vale.- Colgué y espere a que mi Urano llegara por mi mientras encendía un cigarro.