Capítulo 1: El comienzo.

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– ¡Te he dicho que no!

– ¡Por favor, Rei-chan!

– ¡No me llames así, no tenemos tanta confianza! Además, no me gusta la natación, no es nada bella... ¿Acaso has visto cómo sacan la cabeza para poder respirar? Es... Horrible.

Suspiro y avanzo rápidamente para que no me persiga, pero él sigue persistiendo. Por lo que tengo entendido, este chico se llama Hazuki Nagisa, un compañero mío de clase; es bastante bajito, rubio, tiene los ojos de color rosado. Es bastante alegre y se le ve un chico con mucha autoestima, pero os aseguro con toda mi alma que es un CABEZÓN. 

– ¡Necesitamos uno más para poder competir en las regionales!

Paro en seco y giro hacia él, suspirando.

– Hay cientos de personas en este instituto, ¿por qué tengo que ser yo?

– Porque... -Me mira de forma madura, como si lo que va a decir es sumamente razonable, oh, quizás este chico tenga su lado serio.- Tienes nombre de chica, como todos los del club, ¡es el destino!

Retiro lo dicho.

– Eso no tiene sentido... ¡Y tampoco mi nombre es tan afeminado!

– Oh, ¡no seas modesto! 

¿Acaso es bueno que un chico tengo nombre de chica?

– De todas formas, no me pienso unir al club de natación. Ya estoy en el de atletismo.

– ¡Oh vamos! Debe de haber alguna forma de hacerte cambiar de opinión... ¡Ya sé! -Empieza a buscar en su mochila y saca una especie de pájaro peruano.- Si te unes, ¡te lo regalo!

Me quedo petrificado; este chico está realmente desesperado. ¿Para qué quiero yo eso? Además, no estoy interesado en las cosas que no sean bellas, y la natación NO lo es... Oh Rei, eres un genio.

– Escucha, si consigues una prueba de que la natación tiene su parte 'bella', me uniré al club de natación, ¿trato hecho? -Le ofrezco mi mano, como signo de juramento. Estoy totalmente convencido de que no lo conseguirá.

Después de aquel trato, cada día intentaba mostrarme algo que tenía

El muchacho comienza a sonreír de oreja a oreja, aceptando mi mano con mucha energía.

¡Trato hecho!

Después de aquello, cada día me mostraba varias cosas que tenía que ver con este deporte, pero nunca conseguía convencerme: sabía perfectamente que no lo iba a conseguir nunca, pero él seguía persistiendo. También hay que comentar que cada dos por tres, cuando no tenía ninguna idea, me mostraba el pájaro peruano que nombré antes, por si 'colaba'.

Y después de varias semanas, me hizo abrir lo ojos. 

– ¿Qué tal si te enseño nuestro club de natación?

– ¿Qué tal si te rindes? - Echo un gran suspiro.-  

¡Eso nunca! Mis compañeros están muy emocionados con la idea de que alguien se va a unir y podamos competir en las regionales -Tiene la mirada desviada, con la cabeza gacha.- No quiero desilusionarlos. 

Desvío la mirada también; realmente siento pena por ellos, pero no me tienen que involucrar en esto... Luego, me mira con sus enormes y rosados ojos.

Mis compañeros y yo somos amigos desde la escuela primaria, estábamos en el club de natación de nuestro colegio y un día decidimos competir en un campeonato infantil de relevos, llegamos a las finales... ¡Y ganamos! Esa sensación... Fue increíble. -Observo cómo sonríe y cómo le brillan los ojos, es como si todo lo que me acaba de decir le hubiera salido de la misma alma.- Bueno, ¿vamos? -Dice, con una gran sonrisa.

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