Ya es historia... [Ella]

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Su respiración era cada vez más agitada y abrumadora, no podía creer que en sus brazos estuviera sosteniendo el cuerpo de su hermano.
Sus últimas lágrimas iban cayendo poco a poco junto con la esperanza de un nuevo mañana.
Se puso de pie y al fin pudo sentir como cada respiración le costaba cada vez más y más, sentía como el aire... No, no era aire, no era nada parecido al aire, más bien, era humo, bacterias, ácidos, toxinas, hongos... La lista era infinita; todo junto haciendo una mezcla homogénea; entraba por su nariz, impregnándose en sus poros y sintiendo como si la quemaran por dentro. Observó a su alrededor, todo era cenizas y escombros. Levantó la mirada al cielo, los pocos pedazos que se alcanzaban a distinguir entre los gases tóxicos estaban rojos.
Los rayos ultravioleta entraban con dificultad a trabes de la gruesa capa de gases que había acabado con la capa de ozono hace años.

La pequeña trató de avanzar un poco, pero sus piernas comenzaron a fallarle.
-¡Ayuda!- gritó como pudo, con las pocas fuerzas que quedaban y cayó de rodillas sobre el suelo infestado de porquería y escombros.
"¿Cómo es que todo terminó así?" Sus pensamientos se llenaron de odio hacia sus antepasados, ¿por qué no hicieron nada para evitar esta tragedia? ¿Por qué cuando tuvieron la oportunidad decidieron no aprovecharla? Quizo llorar, llorar por todo, por la pérdida de su familia, por la pérdida de sus amigos y próximamente la pérdida de su vida; pero no pudo, ya no tenía lágrimas. Se sintió abatida e inútil, incapaz de seguir con los ojos abiertos.
Aunque por fuera fuese una niña, había dejado de ser una niña hace mucho tiempo; cuando su madre enfermó corrieron con su padre, pero él estaba moribundo, así que Marielle se hizo cargo de ella y sus hermanos, pero las alimañas le contagiaron una infección, así que ella estuvo a cargo.
Bella había enfermado gravemente, nunca pudo identificar su enfermedad, y por consiguiente no pudo curarla.
Anwar la había protegido cuando una de las alimañas intentó atacarlos llevándose así varias mordidas. Sus heridas se infectaron, ella lo intentó todo, pero no lo logró, necesitaban agua y ya no existía ni una sola gota en el mundo.
Había sufrido perdida tras pérdida, ya no quería sentir, lo único que quería era paz...
Cerró los ojos por unos instantes e imaginó a su madre recibiéndola con los brazos abiertos, a su padre abrazando a su madre, a sus hermanos sonriéndole y animándola a que los siga.
Abrió los ojos y los vio, tal cual los había imaginado.
-Ya casi llegas mi amor, solo un poco más.-
-Ven a jugar con nosotras, te hemos estado esperando por mucho tiempo.-
-Ya quiero ir con ustedes.- dijo en un sollozo.
-Ya estás lista mi niña- Su madre le tendió una mano -Ven.- La pequeña sonrió y trató de tocar la mano de su madre.
Sus ojos fueron perdiendo su brillo, sus fuerzas la abandonaron y su cuerpo calló al suelo rígido y frío como la nieve.

Su madre se acercó y la ayudó a levantarse.
La niña se levantó y se sintió libre, tranquila y en paz.
Miró hacia atrás y vio su cuerpo tendido en el suelo.
-¡Mamá! ¿Por qué estoy allí y aquí?- su madre sonrió ante la inocencia de su hija, volvía a ser una niña, la niña de 10 años que ella había dejado atrás.
-Algún día lo comprenderás.- besó su cabeza y se alejaron de aquel lugar.
Su curiosidad ganó la batalla y no pudo evitar mirar hacia atrás.
-No hagas eso, cariño.- su padre le apretó levemente la mano sin hacerle daño -Nunca más vuelva a mirar atrás, concéntrate siempre en mirar hacia al frente.-
Así, aquella familia caminó hacia dónde el horizonte en espera del mañana sin mirar atrás, ninguno de ellos, o bueno, quizás no todos.
La oscuridad invadió aquel mundo, hasta que el gas se hizo espacio dejando al descubierto una pequeña porción de cielo.
Una estrella acaba de nacer, era la estrella más brillante que jamás se había existido...
Una nueva esperanza estaba apareciendo, solo tenía que llegar la oportunidad para aprovecharla.

Deseo... [Hiatus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora