Deseo... [Hiatus]

Luces.

Los padres de los chicos junto con Joe tomaron asiento y por un largo rato, toda la habitación quedó sumida en un silencio muy incomodo.

—Y... ¿Cómo está tu familia Joe?

Gigi se incorporó de golpe y con ella todos los demás.

Todos en alguna ocasión ya habían visto a Gigi molesta, pero jamás la habían visto furiosa a tal grado de golpear a su ex-novio en el rostro haciendo que se tambalease, después gritarle lo tonto que era y salir de esa habitación con la espalda erguida, la cabeza en alto y como la cereza del pastel, azotar la puerta de entrada a la casa. Anwar estaba que se doblaba de la risa, sus hermanas cuchicheaban asombradas, Joe se sobaba en donde había sido golpeado, los padres pedían absurdas disculpas al invitado, pero Zayn se encontraba en silencio. Observó a todos los demás, nadie le prestaba atención y no pudo estar más sonriente por ello. Se escabulló de ahí dispuesto a ir tras ella.

-¿Zayn?

La habitación se volvió a ver sumida en un silencio sepulcral.

-¿A dónde vas?

Todos lo observaron.

-Yo... iba a ir a buscar a Gigi.

-No, Joe se encargará de eso.

Mohamed lo miraba con firmeza e impulsó al nombrado hacia adelante.

-¿Yo? -lo miraba con cierto temor- no creo que sea...

-Tonterías, ella sólo estaba... fueron demasiadas emociones para ella.

-¿Cómo puedes decir eso de Gigi? -Awar parecía ofendido-, ¡ella no lo quiere ver! -señaló a Joe-, eso lo sabemos todos los aquí presentes, incluido tu. -hizo una pausa y al final añadió:-. Zayn sin lugar a dudas es el más indicado para que la acompañe en estos momentos.

-Anwar, se que estas molesto, pero esto no es sobre lo que tu creas que es lo correcto, estamos hablando de Gigi, yo soy su padre y se mejor que tu lo que es mejor para ella.

-¡Papá! -Marielle llevó una mano a su boca sorprendida por esas palabras-. No creo que sea la manera correcta de contestarle a Anwar.

Mohamed estuvo a punto de contestarle pero Yolanda intervino antes de que la situación se pusiera aún más incomoda tanto para Joe, como para Zayn.

-Yo iré -su calma era increíble y a pesar de que su voz era suave, la firmeza era palpable, prácticamente la decisión ya estaba tomada-. Nadie conoce a Gigi del todo, nosotros estuvimos los primeros años de su vida y su estancia en Éition, pero a partir de que volvió a la tierra... Zayn tiene mayor conocimiento de ella a partir de ese momento. No podemos echar esto a suertes y mucho menos gastar nuestro tiempo discutiendo cuando ya podríamos haber estado con ella, a su lado, yo iré y no es porque yo conozca más a mi hija o porque ella se haya pasado tan solo nueve meses dentro de mi o cualquier cosa, simplemente iré porque quiero estar con ella -miró a todos con detenimiento y tranquilamente se dio la vuelta para salir de ahí- ahora si me disculpan, tengo que irme, Joe -se giró a verlo-, estábamos a punto de cenar, si gustas acompañarnos serás bienvenido, quizá podamos hablar y discutir... cualquier asunto pendiente -y de nuevo, no era un pedido, era una orden-, con permiso.

Dicho esto Yolanda salió de esa habitación y de la casa misma con la elegancia de una reina.

...

En ese momento no había luna, solo estrellas, millones de estrellas, unas más cercas de otras, pero la luz siempre reflejaba los metales preciosos de las casas, era algo majestuoso que Gigi nunca había podido pasar por alto ni siquiera ahora que estaba molesta, de hecho, era algo que la calmaba, ver como la luz siempre se puede reflejar de alguna manera era algo que le gustaba mucho y el que todo estuviese en completo silencio hacía la experiencia aún mejor. Era algo que se respetaba en ese lugar, todo el día los habitantes estaban de fiesta, pero ya avanzada la noche todo se quedaba en completo silencio, no se encontraba nadie en las calles (excepto ella) y no porque hubiese un toque de queda o algo por el estilo, simplemente porque era un momento para estar con la familia y amigos dentro del hogar.

-¿Gigi?

Se sobresaltó al ser sacada de sus pensamientos.

-¿Qué haces aquí mamá?

Parecía que ya había olvidado lo molesta que estaba con sus padres y aprovechándose de eso, Yolanda evitó su pregunta.

-Es hermoso -dijo mirando la ciudad iluminada-, ¿no es así?

Su hija sonrió.

-Si -soltó un suspiro-, lo es.

-Siempre me ha llamado la atención como se refleja la luz en las casas, es algo muy lindo -levantó la vista a las estrellas- a pesar de que pasan los años, siempre están ahí para hacer que su luz se refleje y nos alumbre, siempre son diferentes, cada día nacen y mueren, pero siempre habrá quienes nos puedan iluminar.

Ambas guardaron silencio meditando esas palabras y Gigi no pudo evitar pensar en Zayn, su apoyo durante todos esos años en la tierra, ya era más que un compañero de trabajo y probablemente más que un simple amigo y después apareció Joe en sus pensamientos, probablemente si fuese mortal, le habría dejado un feo moretón en su cara de niño bonito.

-No fui muy dura con él, ¿o sí?

Yolanda se lo pensó.

-Estoy segura de que se lo merecía, pero hay otras formas de comunicar nuestra inconformidad.

Ambas rieron durante un buen rato, hasta que Gigi volvió a guardar silencio y su expresión cambió drásticamente de diversión a dolor.

-Me lastimó mamá... y ustedes lo sabían.

Sus palabras estaban llenas de dolor y resentimiento, y la aludida enseguida la abrazó.

-Lo siento mucho... creí que sería bueno que arreglaran las cosas y comenzaran desde cero.

-Yo no quiero tener que ver con él.

-Sólo inténtalo, por favor.

Se miraron a los ojos, al final una de las dos iba a ceder, eso lo sabían, y como casi siempre, Gigi bajó la mirada y asintió con lentitud.

-No puedo prometer que seamos amigos ni nada parecido, tampoco estoy lista para perdonarlo y mucho menos le pediré disculpas por lo que hice, pero lo que si puedo es hablar con él sin golpearlo.

Yolanda le sonrió, le alzó la barbilla y pasó un mechón de cabello detrás de su oreja.

-Esa es mi pequeña.

Besó su frente y la jaló para volver a casa, como en los viejos tiempos.