Capítulo 5

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Sentía mucho dolor, fue lo primero que se le vino a la mente, tenía la sensación de como si algo lo hubiera pateado desde dentro de una manera bastante fuerte, tanto que se obligó a inclinarse hacia delante intensificando aquel malestar.

Con mucho cuidado se fue inclinando lentamente al mismo tiempo en que flexionaba sus rodillas en dirección al piso, sin embargo estas temblaban y fue en el preciso instante en el cual, a unos cuantos milímetros de hacer contacto con el suelo que otra punzada de dolor lo atacó esta vez, no sólo como un golpe sino también una sensación similar a miles de agujas incrustándose en su columna vertebral desde dentro mandando fuertes escalofríos a todo su cuerpo, la sensación que llegó después de eso fue un hormigueo similar a cuando se duerme una pierna o una mano, pero fue reemplazado rápidamente por el miedo... un miedo que nació tan rápido que opacó todo lo demás que su cuerpo sufría en ese momento... una de sus manos color canela tocó su vientre como una de la muchas veces que había hecho, pero esta vez con angustia y preocupación tan grande como el océano mismo y no con el amor y cariño como usualmente lo hace.

Miro hacia todos lados en busca de su pareja pero no lo veía en ninguna parte, entre el miedo, la angustia y la preocupación llego el pánico y entonces al momento de voltear hacia abajo lo único que captó su vista fue...

... el intenso rojo que manchada el piso de la habitación.

-¡TORAO!

Soltó un desgarrador grito en medio de la recamara.

Trafalgar Law se encontraba en la cocina del departamento preparando algo de comer para su pareja y su pequeño fruto de amor, por el cual cocinaba más de la monstruosa ración que llegaba hacer a diario para su novio, quien según le dijo quería emparedados de carne con queso, ocho onigiris rellenos de tocino, dos tazones de fruta picada, tostadas de pan con mantequilla, diez paninis de pollo, entre otras muchas cosas que, aunque era demasiado pan para su gusto, por su bello monito-quien descansada cómodamente en la recamara de ambos.- soportaría la tortura de tocar a la asquerosidad peor creada por el hombre... el pan.

Mientras continuaba con su titánica tarea, los recuerdos de sus días como estudiante en el instituto fueron llegando a su mente.

-Últimamente he estado algo melancólico.-y así los recuerdos llegaron.

Flash Black...

Así un precioso día en el instituto "Going Merry" el cual estada afiliado a la Universidad Thousan Sunny Go! un joven moreno con ojeras se encontraba en la azotea del edifico escolar de seis pisos, algo peculiar ya que, éste constaba de una temática de piratas o más bien de un barco pirata... algo infantil si se lo preguntaban e inclusive el gimnasio -que era un edificio aparte- tenia literalmente la forma de un barco, tenía la cabeza de una cabra en la "proa" del barco/gimnasio, pero pese a su infantil apariencia eso no quitaba el ser una de las mejores escuelas de todo el país aunque si se lo preguntaban, Law estaría mejor con una temática de submarino.

El moreno de tatuajes recargó su frente en el cerco que rodeaba la azotea del edificio esperando a que apareciera ese chico de sonrisa traviesa, de armoniosa aura, y cabello carbón, de ojos penetrantes y oscuros, piel canela y un peculiar sombrero de paja. A quien conoció de manera accidental hacía unas cuantas semanas y quien había hecho verdadero lío su mente y corazón desde entonces.

-¿Dónde estás Mugiwara-ya?- dijo, su mirada grisácea bajó en busca de ese peculiar sombrero al que quería cerca y al mismo tiempo lejos.

Pequeño milagroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora