II

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La mañana se hizo presente dentro de los muros del palacio, el sol apenas comenzaba a salir, el cielo se mostró despejado, no habían señales de que fuera a ser un mal día. Habían pasado un par de semanas desde la visita de Al-Thamen aunque eso no queria decir que no se mantuvieran en contacto, los únicos que sabían del asunto eran Kouhen, el mayor de los hermanos Kou, seguido de Hakuei. Por supuesto, Kougyoku estaba enterada, aunque sólo se hacía la despistada ya que si supieran que ella escuchó la primera reunión podría meterse en uno que otro lío, ademas de que no trata mucho con su tía Gyokuen que ahora ocupa el lugar como su madrastra después del fallecimiento de su madre auténtica.

A la joven princesa le seguía llamando la atención aquel chico que trajeron, de nonbre Judar. Mientras pasaba sus ratos libres, después de sus lecciones con su asistente Ka Koubun o escapándose de él por simple juego, se la pasaba mirando con curiosidad al chico que se paseaba a menudo por los pasillos en la compañía de lo que parecían ser instructores que quizás le ayudarían al igual que ella a tener su papel en el imperio.

Aunque de algo si pudo darse cuenta al verlo frecuentemente, que era un niño bastante travieso, le gustaba hacer maldades, molestar a los sirvientes... Una vez desde la ventana pudo ver a su hermano Kouha riendo junto a Judar sólo para haber hecho de las suyas en las áreas de trabajo de las sirvientas.

También lo pudo ver con Hakuryuu, su primo anteriormente y ahora, su hermanastro, aunque este otro era de personalidad más reservada, a veces se negaba a apoyar las travesuras de Judar y resultaba siendo fastidiado por él. ¿Era este el "magi" que esos hombres trajeron al palacio? Lo curioso de todo era que el muchacho sólo recibía leves regaños por parte de los instructores, no es que pudieran decirle demasiado ya que en un futuro él es quien terminaria por guiar al reino hacia la prosperidad.

Al cabo de unos minutos de reflexión, Kougyoku después de terminar sus laboriosas lecciones con Ka Koubun, decidió tomar un descanso en el lugar donde ella siempre solía pasarla: En los jardines, el lugar donde ella podía estar sola y de cierto modo en paz, le gustaba tomar las flores que yacían entre estos, formar adornos con ellos y formar ramos con distintos tipos de flores, su lugar preferido era sentarse debajo de un enorme y basto árbol de melocotones. Le servía para distraerse unos momentos de sus deberes como princesa, ella realmente no quería tomarse una responsabilidad que sabía que no podría manejar, pero los esfuerzos de su asistente para hacerla una princesa ejemplar le daba motivos para no rendirse, fue la única persona hasta ahora quien vió potencial en ella así que iba a esforzarse.

No pasó mucho tiempo pero cuando menos se dio cuenta ya se encontraba recargada sobre dicho árbol mostrándose pensativa sobre las lecciones del día de hoy. Ka Koubun le explicó ciertos puntos que deberá tomar en cuenta cuando crezca; posturas, modos de hablar, que decir y que no, gestos, formas de vestir, cómo tratar a los súbditos, etc.

Mencionó asuntos de bodas, si, bodas... Eventos donde dos personas unen tanto sus lazos como sus sentimientos durante una eternidad. Al menos ese no era el concepto que le habían dado a entender; para una princesa, el casamiento era más para formar lazos patrimoniales, y más entre países destacados, para dar una mayor prosperidad y llamar más la atención como nación, tener más influencia, más territorios, más riquezas... Todo eso. Ella aún a su edad, no estaba de acuerdo con esto, tenía la idea de que aún con tantas posesiones uno nunca llegaría a ser realmente feliz. Siempre leía pergaminos en secreto, cuentos donde las princesas siempre encontraban a su amado ideal y con un final feliz. Decía que para una boda deben haber sentimientos mutuos pero para su desgracia las cosas no podían llevarse de ese modo, algo que en el futuro comenzaria a aterrarle de verdad.

Después de tantas ideas que ya llevaba en la cabeza la sacudió a los lados, en modo de negación con el fin de dejar de pensar en ello, pero hubo algo que de verdad la sacó de sus responsabilidades, ¿un melocotón? Si, uno de esos frutos cayó en su cabeza, ella sólo pudo quejarse y frotarse hasta que escuchó una voz proveniente de las ramas del árbol donde ella se encontraba.

Ojos Crueles, Corazon Amable[Magi] -SUSPENDIDA TEMPORALMENTE-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora