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La chica apodada miopía corría por los pasillos del instituto dándose cuenta de su tardanza a la clase de matemáticas.

Las malas lenguas (su oftalmólogo) afirmaban que ella debía usar lentes de por vida, pero su ego se negaba rotundamente.

De buenas a primeras, terminó besando el piso apasionadamente por culpa de un obstáculo que se notaba borroso.

Tanteó por unos momentos en busca de un apoyo para lograr pararse, pero lo único que lo obtuvo fue un golpe en su cabeza.

Es como si el karma existiera.

—Disculpa —la persona dudó por unos segundos.

—Debes fijarte por dónde caminas —regañó Marzia.

Se sostuvo de la pierna del individuo hasta quedar de pie notando las pintas que traía.

Un bastón...

—Como si pudiera —el chico bufó alejándose, pero antes de siquiera doblar el pasillo, se tropezó con su propio bastón.

Él actuó como si nada y desapareció.

Se sintió la peor persona del mundo por reírse.

N/A:

Hay que unirnos por la causa de #UnosLentesNuevosParaMarzia :v


La Chica con MiopíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora