Capitulo 2: Verdad o reto.

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Me miré a mi misma y quise llorar. ¿Por qué? ¿Por qué yo? Lucía como un payaso y me negaba a salir. Phebs y Belle se reían histéricamente de mí. ¿Por qué no lo harían ellas? Estaba vestida con un vestido azul marino con puntos blancos, un cinturón al rededor de mi pequeña cintura. Tenía pechos y me gustaba llevar largas camisetas, así podría disimularlos, pero con este vestido era imposible. Me veía como un reloj de arena y lo odiaba. A mis amigas les encantaban mis curvas, pero lo odiaba por la misma razón, odiaba los colores vivos: atrajo la atención no deseada en mí. Los hombres me miraban cuando usaba ropa pegada y lo odiaba. 

"No me hagáis hacer esto" Supliqué una vez más pero sólo obtuve risas como respuesta de mis amigas. 

"Tienes que hacerlo, Alex. Deja de protestar y vamos" Dijo Phebs sonriendo y cogiendo mi mano. Suspiré resignada, iba a humillarme en público. Nota mental: nunca juegues verdad o reto con las chicas otra vez. Corre lejos de ellas si estás ebria. 

Mi cola de caballo rebotaba mientras caminaba con mis amigas hacia el coche. Estábamos yendo a un restaurante dónde mucha gente iba a verme en este...este...¡este traje! Oh, sólo matadme ahora. Sí, probablemente estaba exagerando. Okay, estaba exagerando, pero esto era realmente difícil para mí. No solía hacerlo, no era el tipo de persona que se divertía comprando o llevando vestidos, o tacones altos -- Dios, los odiaba. Eso era por qué mis amigas se divertían haciéndome hacer  tales cosas muchas veces. 

"Vais a pagar por esto" Prometí cuando llegamos al coche. Phebs condujo hasta el restaurante mientras continuaba en el asiento trasero murmurando maldiciones. "Al menos podría haber ido delante" Me quejé pero mis amigas simplemente se rieron y subieron aún más la música con otra canción de esa boy band. Ese día no estaba de humor. 

En el restaurante fue peor de lo que pensaba. Vi la forma en la que los hombres me miraban, esas miradas desagradables y lujuriosas que me daban escalofríos. En momentos como ese era cuando pensaba que era una buena idea el dejar de hacer ejercicio. Me gustaba comer, me gustaba un montón y no era el tipo de persona que podía comer toneladas sin subir un poco de peso; no, tenía que hacer algo de ejercicio: correr, bicicleta, hacía yoga dos veces a la semana para poder seguir pasando por la puerta. 

Fuimos a una mesa y pronto un camarero joven vino para tomar nuestro pedido. Me miró coqueto y sólo rodé mis ojos. Quiero decir, no me estaba mirando exactamente a mí, estaba más mirando mi escote. Estúpido vestido. Pero su mirada cuando tomó mi pedido fue graciosísima. Sabía que solamente el día anterior me comí como cien hamburguesas pero no podría  ayudarme a mi misma y pedir tanto como pudiera.

Al poco tiempo, fui al aseo tratando de pasar desapercibida pero fallando miserablemente. Escuché varios silvidos provenientes de una mesa con cinco chicos pero no me giré a verlos. No quería comenzar una pelea en vestido.

Me miré en el espejo aún odiándome a mí misma. Mi maquillaje oscuro se había ido, mis ojos verdes se veían más grandes gracias al luminoso maquillaje que Belle me había puesto. Con la cola de caballo apretada mis rasgos estaban más expuestos y me sentía incómoda con eso, pero lo único bueno sobre mi aspecto ese día era que el tatuaje de la serpiente justo en mi oreja izquierda arrastrándose hasta mi cuello, era muy visible y me encantaba. Tenía unos cuantos tatuajes pero éste era mi favorito, también el más especial porque fue el primero. 

Al cabo de unos minutos para mí, volví con mis amigas tarareando la canción de la banda que les gustaba a mis amigas y que no me podía quitar de la cabeza, pero en el camino me golpeé con un chico un par de centímetros más alto que yo. Me aparté disculpándome inmediatamente. Lo miré y cuando vi esos ojos azules mi corazón dejó de latir. Él me parecía muy familiar pero estaba segura de que no lo había visto antes. Iba vestido con esas brillantes y luminosas ropas, pantalones beige, un polo azul, un jersey blanco y unas zapatillas de deporte. Me miraba con los ojos bien abiertos, pude ver el reconocimiento en sus ojos. 

Backfire - EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora