Capítulo 10: Día de Niall

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Niall’s day – Día de Niall

Me desperté la mañana siguiente quejándome y enrollándome en mí misma. Rápidamente, sentí un par de brazos abrazándome y yo me apoyé en la persona que me estaba ayudando. Inmediatamente reconocí el su dulce aroma a perfume y esos cuidadosos brazos: mi amiga Phebs. “Shh, estoy aquí contigo, está bien. Belle, sus pastillas. ¡Ahora!” exigió ella mientras la seguía abrazando desesperadamente. El dolor era tan fuerte que unas cuantas lágrimas cayeron por mi cara. Escuché a Belle salir corriendo y pronto, ella volvió con un vaso de agua y mis pastillas. Había un total de siete pastillas que me dejarían en las nubes todo el día. Las ingerí tan pronto como pude, rogando por su rápido efecto. Mientras esperábamos, Phebs me abrazaba todo el tiempo, arrullándome y balanceándome suavemente. Verdaderamente me sentía como si me estuvieran desgarrando desde el interior. Era horrible. ¡Lo odiaba mucho!

Después de lo que pareció una eternidad, el dolor se disipó y dejé de retorcerme en los brazos de Phebs. “¿Te sientes mejor, encanto?” preguntó Belle y yo asentí suspirando. “¿Quieres algo de comer? Haré yo el desayuno hoy, así que pide lo que quieras.”

“¡Algo dulce, por favor!” demandé yo y  ellas parecían un tanto disgustadas, pero sabía que iban a hacer el favor, incluso si no iban a intentarlo. Yo sonreí ampliamente y las abracé, empezando a sentir esa necesidad de amor y caricias.

“Okay, vamos a la cocina antes de que los chicos se despierten,” agregó Phebs.

Nosotras estábamos durmiendo en el cuarto de Harry, el cual era el más limpio y recogido. Como pudimos ver la noche anterior, Louis era totalmente desordenado. Me seguía sintiendo débil, pero podía andar por mi misma mientras íbamos haciendo nuestro camino hacia la cocina. Me senté allí, esperando a que encontraran todos los ingredientes para hacer un desayuno dulce por mí. Obviamente, buscaban algo salado también, para ellas y para los chicos. Cuando el olor comenzó a llenar el apartamento, escuchamos a los chicos viniendo, siendo guiados por sus olfatos.

“¿Qué es ese maravilloso olor?” preguntó Liam apareciendo en la cocina. Me abrazó mientras miraba a las dos chicas cocinando. “¿Por qué están cocinando ellas hoy?” preguntó mirándome.

“Me están sustituyendo hoy,” respondí mientras él caminaba hacia mis amigas para besarlas en sus mejillas también. Sentí a alguien detrás de mí y cuando vi a Niall y su pelo desordenado, solamente salté sobre mis pies y lo abracé fuertemente. “¡Niall!” grité sorprendiéndolo, pero se recuperó rápido y me abrazó de vuelta, incluso me besó en la frente. “Buenos días,” dije sonriendo brillantemente y mirándolo. Cuando dije que era una chica necesitada durante mi periodo no mentía. Realmente lo estaba y ese día en particular me sentía como que necesitaba a Niall a mi lado todo el tiempo. Sólo él. Mis pastillas me drogaban así que no podría importar menos las complicaciones que mis necesidades me podrían dar.

“Buenos días. Estás de buen humor, lo veo,” comentó con una expresión divertida.

“Está drogada,” lo corrigió Belle y yo solté una risilla sofocada sintiéndome como una imbécil. Sabía que cuando estuviera de vuelta en mi estado normal iba a lamentar esto.

“¿Drogada? ¿Quién está drogada?” preguntó Louis uniéndose a nosotros en la cocina. Le sonreí y me apunté respondiendo su cuestión. No dejé a Niall irse. “¿Esposa? ¿Por qué estás drogada? Pero más importante, ¿por qué estás tú drogada y no yo?” solté una risilla enterrando mi cara en el pecho de Niall. Sabía que él no entendía lo que estaba pasando conmigo ese día, pero no quería explicárselo.

“Ella tomó unas cuantas pastillas. Nada malo, lo prometo. Ella las necesita,” respondí Phebs a mi encantador marido.

“¿Estás mala, Alex?” preguntó Niall cogiendo mi cara entre sus manos. Sacudí mi cabeza, sonriendo aún.

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