Verde de celos.

163 13 0
                                    

–Creo que exageras.– Dijo Eric, después le dio un sorbo a su cerveza.

–Claro que no, van tres citas con tres diferentes chicos y todos son algo...mmm...tontos.– Estábamos sentados en mi sala escuchando Arctic monkeys.

–El problema son las expectativas que tienes, tu base es Matt, esperas sentir lo mismo que sentías con el.

–No es cierto, el problema es que quieren enamorarte en una cita. Te sueltan toda la información en una hora, y así no se debe hacer. Las personas tienen que mostrar una parte de ellos poco a poco. Me gusta sentir curiosidad por esa persona durante mucho tiempo, y cada vez que avance la relación descubra algo nuevo de el.

–No, lo que ellos quieren es acostarse contigo, ya sabes, convencerte de que te puedes enamorar de ellos pero antes tienes que dar la "prueba de amor".

–Cerdos.

Hablamos un rato mientras comíamos helado. Podría jurar que sus carcajadas se escuchaban a 10 cuadras de aquí.

En ningún momento dejamos de reír, le conté como había tardado tanto en tener todos mis libros, y lo frustrada que me sentía porque cuando conseguía uno, ya había otro que quería con ansias, como me encantaban las historias de amor, en libros, películas y hasta en canciones. En todo momento me escucho, poniendo atención a cada palabra.

Después de un par de horas teníamos que ir al ensayo del concierto, y después me acompañaría a comprar comida y cosas que hacían falta en el departamento.

–Muy bien chicos, vamos muy bien. Hora de irnos.– Dijo el director aplaudiendo al terminar. Eric guardó su guitarra en su estuche y camino hasta mi.

–Vamos a comprar fruta y verdura para que Pulgarcita crezca un poco.– Dijo viéndome con una sonrisa burlona.

–Vimis i quimprir friti y virdiri piri qui Pilguirciti crizqui in piqui.– Saque la lengua y el soltó una carcajada. Tomamos nuestras cosas y bajamos del escenario para salir del teatro.

–¡Eric!.— Grito Lucas, corriendo hasta el.— Recuerda que tenemos que ir el viernes a la fraternidad.

Eric gruño y puso mala cara.— ¡Odio esas fiestas!.

—Ya se, pero es por trabajo, y por la banda.— Lucas le rogaba con la mirada.

Giro los ojos y volvió a gruñir.— Esta bien.

—Pareces animal enjaulado cuando gruñes.— dije cuando salimos del teatro. Puse una sonrisa falsa mostrando mis dientes más de lo normal.

Me miró de mala gana, y luego sonrió maliciosamente. Se agachó, me cargo sobre su hombro y comenzó a girar.

—¡No! ¡Bajameeee! ¡Voy a vomitar! ¡Bajame!.— Chille.

—¡Hasta que admitas que amas a este "animal"!

—¡Nunca!

Oh no, aquí viene.

Ups.

—¡¿Acabas de vomitar en mi espalda?! .—Me bajó con cuidado, pero no me soltó para que no cayera, puso una cara de sufrimiento y yo empece a reír a carcajadas.— No te burles o te suelto.— Su respuesta me hizo reír aún más y él empezó a reír conmigo.

Una vez que me sentí mejor fuimos al auto, saco un bolso para ejercicio de su maletero, al parecer siempre llevaba una muda de ropa.

Ouh, cielos, quiero lamer ese lavadero.

Pareces pervertida voltea hacia otro lado, ¡tonta!

Sólo un vistazo más, y ya.

Después del amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora