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"Entonces la revolución sexual, ¿Porque comenzó? Dime Elsa" Elsa siempre le gustaba la clase de historia, sobre todo en el cuarto bimestre, en donde hablaban de Mitología Griega, su favorito.


"Comenzó con la invención de la píldora anticonceptiva en la década de los 60" respondió con agilidad. "Muy bien, entonces sí-" la voz de la secretaria del director resonó por todo él aula.

"Las señoritas Arendell, Dumbruch y Corona favor de pasar a la dirección, Gracias" hablo en su típica voz de tener la nariz tapada con los dedos. "Vayan Corona y Elsa" Ahora era más claro que el cristal que Elsa era la favorita de la maestra.

Mientras daban la vuelta en la esquina para llegar a la dirección se encontraron en el camino con Merida y Anna. "Alguna idea que lo que hicimos mal ahora?" Murmuró Merida mientras tocaba la puerta. Un "Pase" se escucho antes de adentrar al la oficina.



"Ah aquí están... Perfecto" murmuró la secretaria mientras cerraba las cortinas y ventanas. Merida empezó a ponerse nerviosa... Todo eso era algo... Sospechoso...

"Que está pasando?!" Preguntó Merida a la vez que Anna quedaba al frente con ella. Elsa tenía que admitirlo... Esto daba miedo.


"Tranquilasssssss niñasssssss vamosssssssss a jugarsssssss un juego muy divertidosssssss" Y Elsa empezó a creer cuando empezó ver como sus piernas se convertían hechas de metal y como... Pues metal no? Y el metal cuantos componentes... Cómo será unos zapatos hechos de- Agh! Maldito TDHA...


Elsa asustada  topó con la puerta e instantáneamente se empezó a aparecer escarcha... Nieve... Hielo.

"Vaya una hija de Khione, no te asssssssseptaran, mejor te como ahora, ssssssi, asssssssi no ssssufrirásssssssss!" Mientras se le lanzó con furia sobre ella, Elsa trataba de pegarle en cualquier forma "Muere cariño!"


Justo en ese instante una daga de un material brillante atravesó su pecho haciendo que enseguida la furia fuera remplazada por polvo dorado. Ante ella aparecía una criatura con patas de cabra y de la cintura arriba cuerpo humano.


"Por Dios! Que es eso!" Grito Merida mientras le picaba una costilla con el lápiz que se había encontrado en el escritorio. "Oye! Número uno, no soy un objeto! Soy un ser vivo, número dos, soy un Sátiro! Y número tres! Me llamo Cooper!"

"Un sátiro? Como la mitología griega?" Pregunto Rapunzel mientras lo veía como si fuese un millón de Libras "Ya Punzi déjalo que lo asustas, por el amor de unicornios ya!" Grito Merida desesperada mientras lo aleja de el.


"Las llevare con Chiron para que les informe que hacer, estoy seguro que cada una tiene un talento único" mencionó mientras de un saco pequeño tomaba una moneda dorada y la apretaba en su mano.


"Vamos afuera, espero que funcione..."


"¿!Funcionar que?!" Preguntó Anna mientras todas salían afuera. No había nadien por los pasillos por lo cual significaba que todavía estaban en las clases.

Cuando llegaron a la entrada, Cooper las envío al estacionamiento en donde murmurando unas palabras en un idioma no especificado para Elsa, o ninguna de ellas...

Hasta que empezó a tener sentido sus palabras «Parar, carro de la Condenación!»


Arrojó la moneda al pavimento en donde se la trago y en un abrir y cerrar de ojos un taxi color gris estaba enfrente de ellos. El sátiro algo nervioso abrió la puerta de atrás par después sentarse. En poco tiempo ya estaban todos atrás acomodados. "Agárrense fuerte" mencionó Cooper antes de que la señora de enfrente pisara el acelerador.

"¡Anger, dame el ojo!" ¿!El ojo?! "¡Lo tuviste ayer sigue mi turno!" Grito la anciana de al lado, mientras la otra anciana hacia intento de arrebatarle el ojo. Eran 3 ancianas. Sin ojos. O bueno, solamente una... Y a Elsa se le prendió el foco. Eran las tres hermanas Gray. Tempest, Anger y Wasp.

Mientras más rápido conducían, más miedo sentía.

"¡Wasp!, ¡entrega el ojo!" El viaje estuvo algo agitado, sobre todo en lugares en donde casi se impacta an con cualquier objeto de ahí en la calle. Pero cuando llegaron a su "destino" no existía nada más que verde. Verde, verde y más verde.

Justo cuando la última persona se bajó – Rapunzel – el taxi tomó de prisa de nuevo hacia la carretera.

"¿Y esto qué es?" Pregunto Mérida. Mientras veían como una colina subía y subía.

"Quizás si suben un poco podrán apreciar el paraíso" respondió Cooper.

Mientras las chicas que subían en la colina muchas dudas comenzaron en su cabeza, Como por ejemplo, ¿Que había en ese Colina?, ¿Y qué sería lo que escondía?.

Cuando llegaron a la cima de la colina pudieron apreciar la entrada de un campamento. A lado de la entrada habitaba un gran árbol de pino cuyas hojas brotaban y brotaban. Cada vez más hermosas.

"¿Qué es esto?" Preguntó Elsa, todos estaban impresionadas ante la vista del campamento misterioso. "Esto mis queridas semidiosas, ¡es el campamento mestizo!".


Y así fue cómo Elsa, Ana, Mérida y Rapunzel descubrieron que eran semidiosas.
























































~Gina

Falling For You (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora