Blanco

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Diciembre, el primer día de Diciembre para ser más exactos, en un parque cualquiera de Londres, apenas iniciando el invierno, dos muchachos de mundos totalmente distintos cruzaron caminos por un simple amor en común.

Los copos caían lentamente del cielo, derritiéndose en el rostro del joven Dipper Pines, el cuál se hallaba recostado en un parque sobre la nieve acumulada en el pasto, mirando hacia arriba y disfrutando del hermoso espectáculo que daba aquella noche de invierno.

El muchacho se encontraba sumido en su pequeño mundo, admirando aquello que tanto decía amar, hasta que sintió que algo, o más bien alguien, se sentó a su lado, sacándolo de su ensimismamiento.
- Son hermosos - el castaño se quedó congelado en su sitio, aquella voz le era completamente extraña, pero le causó una sensación de calidez en su interior, como si fuese la más hermosa melodía que hubiese escuchado. - Los copos de nieve -aclaró - cada uno es tan único pero a la vez son todos tan parecidos - el extraño suspiró - igual que los humanos, sólo que estos no destruyen todo lo que tocan - aquella voz tomó un tono amargo y lleno de dolor al mencionar lo último.
Dipper asintió sin mirarlo, prefirió ignorar aquel cambio de humor, pues no era de su incumbencia y casi en un susurro le respondió al extraño.
- Lo son - sonrió de lado estirando la mano y atrapando unos cuantos copos , los cuales al hacer contacto con su piel se derritieron -son tan puros y tan frágiles - volvió a bajar su mano, entrelazándola con la otra y dejándolas reposar sobre su estómago - pero también son mortales cuando se acumulan- dijo sin despegar la vista del cielo - eso es lo bello de los copos de nieve- finalizó con una leve sonrisa en los labios.
- Supongo que así es - dijo el desconocido con un tono más calmado, como si hubiese hallado la paz en las palabras del Castaño - mi nombre es Bill Cipher, ¿cuál es el tuyo niño? - preguntó el extraño ahora autodenominado Bill.
El castaño se armó de valor y volteó a mirar a su acompañante, era rubio, de tez morena, rasgos delicados, más no femeninos y el ojo que era visible era color ámbar pues se encontraba de lado, pero suponía que el otro llevaba un parche, pues tenía unas cuerditas amarradas al rededor de la cabeza, se notaba que era alto y que hacía ejercicio, vestía una camisa bajo un suéter amarillo con un ojo en el centro, una chaqueta negra y pantalones del mismo color junto a unas zapatillas negras también, era guapo, muy guapo.
A Dipper le quitó la respiración, su corazón se aceleró y se quedó admirándolo en silencio por unos segundos, a lo que el rubio impaciente por una respuesta posó su mirada sobre el castaño y este reaccionó. Con un leve sonrojo sobre sus mejillas, el cuál podía ser fácilmente atribuido al frío que hacía en esos momentos, y notable nerviosismo respondió- M-Mi nombre es Dipper, Dipper Pines -

Y así es como comienza nuestra pequeña historia, llena de sorpresas y de misterios,aventuras y locuras, risas y llantos, y más importante aún, llena de demostraciones de cómo personas completamente distintas pueden volverse tan cercanas y moverse en completa sincronía, como el ying y el yang, no puede haber uno sin el otro.

Ambos lo supieron ese mismo día.

Todo gracias a la nieve.

Y a una bonita coincidencia.








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Wola (͡° ͜ʖ ͡° )
Pos, aquí les traigo esta pequeña historia, espero que les guste por que me costó más que la repu*@#€%#*@ armarme de valor para publicarla, pero a las tres de la mañana siempre soy más impulsiva.
Quiero dedicarle este capítulo a
CallMe_Black
CipherNoir
Marshall-Bug
MakiHyaKuya
Por ser más hincha pelotas para que hiciera esta vaina (me ayudaron un montón para superar mi cobardía)
Las jamo
Y-y-y eso
LOCO
Tus cachetes ( ͡° ͜ʖ ͡° )

Nieve (Billdip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora