II

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Ya habían pasado dos días desde que ingresé y las clases cada vez se ponían mejor, a excepción de historia de la música que me seguía pareciendo eterna y aburrida.
En la materia de práctica e instrumento el profesor nunca se había presentado por lo tanto salí siempre un poco mas temprano.

Como era hora de almorzar decidí cruzar al bar de en frente y allí compré un sándwich que me resulto exquisito, hasta que un chico se acercó a mi mesa.
-Hola, soy Gregory.
-Hola. Isa -le indiqué con una pequeña sonrisa.
-Emm, no quiero sonar raro, pero ya sabes, te venía observando estos días y andas sol.. eso sono grotesco, -se interrumpió él mismo- el punto es que si quieres puedes venir a reunirte con nosotros -me señaló una mesa mas allá donde un par de chicos estaban sentados.
-Genial, gracias. -me levante y nos acercamos a los otros.
-Isa, estos son Leila, Maria, Jon, y Andy -indicó uno por uno como se llamaban y la tal Leila era la chica con la que había chocado el primer día pero esta vez me sonrió simpática.
-Eres solo Isa?
-Isabella en realidad, pero sólo lo usan mis padres para sermones. -se rieron mientras me daban un lugar.
-Ya, Isa. ¿Tu primer año cierto?
- Así es, ¿Y ustedes? ¿vienen hace tiempo?
-Algunos, Jon y yo estamos en segundo, Maria y Andy en primero pero ya nos conocíamos de la secundaria. -dijo Leila acomodando su cabello en una coleta.
-Que bien, yo quede realmente sola. Mis compañeros y amigas eligieron otras carreras, incluso algunos hasta se fueron a USA dejándome aquí. -dije con una mueca.
-Si, suele suceder.
-Lamento interrumpirlos pero si no se apuran llegaremos tarde chicos-Greg señaló hacia la academia donde todos volvían a ingresar apresurados.

Me tocó con Maria la misma clase en el segundo piso, pero Andy no vino con nosotras porque tenía distinto horario a pesar de ir al mismo nivel.

-Silencio -el ruido de voces se calmó al instante y todos giramos a ver- Soy su profesor Jared Bell, encargado de dar práctica e instrumento. Espero que sepan que esto ya no es la preparatoria, por lo tanto no tendré la misma paciencia. Voy a respetarlos y espero que ustedes a mí, también les digo que deben tener experiencia aunque sea con un sólo instrumento y si no, lo lamento. Buenos días, por cierto.

-Buenos días -contestamos en masa mirando al profesor.

Era un chico de unos veinti y tantos, y por lo visto su personalidad era la de un anciano frustrado.
Vestía un pantalón y sweter negro, junto con una camisa blanca de la que solo se veía el cuello.
Mire a Maria que estaba observandolo con cara mala.

-Y a este que le pasa, recién ingresamos, nadie le hizo nada.

-Jon me dijo que siempre fue así y hasta llego a expulsar a un chico. -me comentó María en susurros.

-No veo las diferencias entre él y un anciano.

El chico a mi lado sonrió mientras María no dejaba de reírse bajito, pero no lo suficiente como para pasar inadvertidas del profesor.

-¿Qué es tan gracioso Señorita?

-Nada, nada. Lo siento. -sus mejillas iban a explotar de tanto rojo.

-Primera y última que perdono.
-su mirada daba el ultimátum, sin embargo prosiguió con la clase- Veamos, comenzando desde aquí -señaló al primer chico de la ronda alrededor de él- quiero que me digan que instrumento tocan y si han tomado clases aparte de las que dan en la preparatoria. Comienza.

-Toco la guitarra, no tomé clases fuera. -empezó el chico de cabello rubio y así se mantuvo la clase por un tiempo hasta que fue mi turno.

-Toco el piano, y tuve particular por años. -dije rápidamente.

-Oh genial, alguien al fin que toca un par de teclas. -el comentario de el profesor Bell no sonó despectivo pero de alguna manera me molesto. No son sólo un par de teclas.- Sigamos.

La clase se mantuvo todo el tiempo en silencio, escuchando atentamente o sólo fingiendo hacerlo. A mí no me parecía mal conocer a mis compañeros pero no era por lo que estaba en esa clase, quería hacer algo mas productivo o no lo sé.

-¿En qué piensas tanto?

-Pero Maria, que no aprendes, nos van a sacar de patitas a la calle. -le hice seña con mi dedo indicando silencio. Justo en ese momento el timbre sonó.

-Al fin! -el profesor nos fulmino con la mirada pero ella sólo dio media vuelta y se fue sin importarle todas las llamadas de atención que tuvo en la primera clase.

-Lo siento, fue un impulso. -dije y salí disparada detrás de mi supuesta nueva amiga.

Al salir, luego de recoger mis cosas en el casillero, lo primero que vi fue a Mr. Bell mirando su auto con cara de pocos amigos.
Y comienzo a creer que no tiene otra expresión, pero acepto que esta vez fue entendible: su vidrio trasero tenía escrito con lápiz labial un cartel de "CUIDADO: Viejo chillón a bordo"




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