Cuarenta y un años de amoríos aéreos...

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Era una hermosa mañana, el cielo se pintaba de gris y se veía como salía el sol, las nubes gris pasaban danzantes por las calles anunciando sus lluvias melancólicas, las faroles se empezaban a apagar por el violento viento, las calles del centro empezaban a llenarse como de costumbre, en una casa muy grande y de coloríos verdes se veía a una persona adulta vestirse por las ventanas, era un señor grande como de unos setenta años, se empezaba a escuchar las pequeñas gotas que caían y retumbaban en las calles avisando la fresca mañana, era un día perfecto, el señor se sentó en la comedor esperando que su mujer le llevara la comida, pero no había señales de que su esposa se hubiera levantado- El señor se levantó y camino lentamente hacía la cocina buscando a su esposa y diciendo ¨Pero que bonito día es hoy¨ con su voz tartamuda, al llegar a la puerta de la cocina se tropezó con la escoba que yacía en el piso, el señor cayo rápidamente como caería próximamente ese mismo día. Se levantó sin dolor alguno y agarro una taza del café frío de ayer y lo bebía de un solo trago y aventó la taza violentamente hacía el fregadero rompiéndose al impacto.

El señor agarro su gorra y salía de la casa silbando una melodía muy pegajosa que era parte de su rutina diaria, se dirigió sin ninguna parada a su vehículo que se encontraba cruzando la calle cerca de una farola, se subió al vehículo ye emprendió el viaje matutino hacía el aeródromo en donde trabajaba como piloto fumigador, en el camino hacía al aeródromo que se encontraba a más de cien kilómetros, encendió la radio y cambio la canción una por una hasta llegar a una de sus favoritas de Sinatra ¨Fray me to te Moon¨ aquella canción con la que enamoro hace cuarenta y un años a su querida y vieja esposa en una tarde en donde el sol brillaba a más no poder. Repitió la canción en todo el camino, cantándola de principio a fin con la misma voz, la gente al orilo pensaba que era el mismo Frank Sinatra, ya que poseía una voz idéntica a él.

Antes de llegar a su destino el cielo se llenó de nubes grises y de vientos fuertes, tan fuertes que en los últimos tramos para llegar a su destino una hilera de plantaciones de banano habían caído en la carretera provocando que la gente se reuniera y tapara esa carretera para robar pencas enormes y amarillas, tan amarillas como el sol. La calle estuvo tapada hasta que acabaron con todas las pencas y se dirigieron a la segunda hilera, ya que la barda había caído, la gente aprovechaba a robar todas la pencas, el señor espero tranquilamente buscando otra canción en su repertorio de Sinatra, detuvo su búsqueda en ¨Nancy¨ la canción que le cantaba a su esposa todas las mañanas, ya que tenían el mismo nombre.

El señor llegó al aeródromo con una hora de retraso por el asalto a las plantaciones de banano, mágicamente al llegar al hangar dónde se encontraba su avión la lluvia y el aire seso por completo y se veía salir el sol de las sombras de las nubes grises, subió a su avión y silbo la misma melodía que silbaba todas las mañanas al salir de su casa, su avión estaba bautizado como su esposa ¨Nancy¨ ya que tenían la misma edad, sesenta y cinco años, ya era un avión muy viejo que era conocido en la región por el estruendo que hacía todos los días al volar. Despego su avión y se despidió de cada uno de los mecánicos y pilotos que se encontraban en la pista, era un piloto de excelencia un antiguo capitán que sirvió al escuadrón 201 en la segunda guerra mundial, ese era su último día de trabajo ya que se encontraba a punto de jubilarse, cuando se encontraba en el aire y se dirigía a las compañías de plantaciones bananeras y de mango, el avión empezó a fallar, y el aire y la lluvia volvía a aparecer mágicamente. El avión perdía su estabilidad en el aire.

Al llegar a uno de los ejidos cercanos a las plantaciones y al mar el avión hizo un estruendo, no como el que siempre hacía al volar, era un estruendo que retumbo a toda la costa. El avión empezó a descender rápidamente, el hombre perdió el control automáticamente, pero el aire tan fuerte hacía que el propio avión en descenso se moviera al compás de las gotas del agua, como si danzaran juntos, al cabo de una hora intentando descender el avión, se escuchó otro estruendo, el ala derecha del avión se despegó del cuerpo del avión haciendo que el avión chocara violentamente en el piso, el hombre que se encontraba vivo presenciando su propia muerte, vio como el avión descendía de picada.

Al cabo de segundos el avión colisiono en el piso ocasionando nervios entre la población del ejido que había presenciado el accidente pensando que eran acrobacias aéreas, el hombre que se encontraba dentro del avión destrozado, se encontraba con vida. Y con todos sus huesos quebrados. El accidente se convirtió en una farándula donde se encontraba todo el ejido y los medios de comunicación, los paramédicos llegaron una hora después ya que había muerto el hombre...

Su mujer se encontraba en la cocina cuando sucedió todo el accidente, pero no se enteró hasta una hora después cuando los paramédicos llegaron y dieron el informe de la muerte. Al enterase su esposa empezó a llorar desconsoladamente.

La muerte le dio el giro a la región y al país entero, el funeral tuvo que ser en el propio aeródromo donde se llenó de pilotos, políticos, familiares y amigos del hombre. Toda la pista se encontraba llena de personas velando a difunto piloto que había servido a su nación en los tiempos de la guerra, el hombre se enterró en el propio aeródromo, le colocaron una estatua de él y su avión, le colocaron su nombre a decenas de bases aeronavales y aviones en todo el país como muestra de admiración y respeto, recibió todo el reconocimiento que jamás recibió en vida, todo el reconocimiento que siempre quiso sentir, y que nunca sintió hasta estar a dos metros de la tierra, en donde se encontraba sepultado...

Su esposa Nancy se mantuvo en luto toda su vida, solo utilizaba ropa negra y se la pasaba recordando los cuarenta y un años de amoríos aéreos...

-Emiliano Negrete Zapien.

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