Capítulo II: Rastro

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               La columna de humo se agrandaba conforme Ronan corría hacia ella, implacable, derribando a algunos caminantes que se interponían en su camino. No se adentrara con anterioridad en el bosque porque, las frondosas copas de los arboles le impedirían la visión del humo, además, no quería arriesgarse, no sabía que le esperaba allá dentro. Llegó a la altura de la columna, se acercó al borde de la carretera y se adentró en la foresta con decisión.

Era un bosque frondoso, en plena exuberancia, verde, las raíces salían y volvían a enterrarse en la tierra, convirtiendo el terreno en un enjambre de obstáculos donde tropezar. Siguió en la dirección que imaginaba correcta y, finalmente, llegó a un pequeño claro. Este le brindó la visión necesaria para reubicarse, ya que el humo se presentaba ya muy cercana, solo tenía que adentrarse de nuevo y andar unos metros más a través de los arboles.

Se dispuso a sumergirse en la espesura de nuevo, después de haber caminado unos segundos, apenas saliera del claro, sintió que algo se le echó encima desde su flanco, un caminante lo derribó y rodaron por el suelo, empezó a forcejear, la cosa daba dentelladas al aire y lanzaba gritos de ansia, por hincar sus dientes en Ronan. Estaba muy débil, le fallaban los brazos, y cada vez el monstruo estaba más cerca.

Todo iba a acabar, las dentelladas pasaban cada vez más cerca del cuello de Ronan y los brazos no tardarían en ceder. Pensó en que al fin todo iba a acabar, devorado por una de estas criaturas, los brazos le cedieron, el caminante se le echó encima, se dispuso a morderle...

-¡¡BANG!!

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⏰ Última actualización: Mar 12, 2017 ⏰

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