Transtornos.

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#ProblemasPsicologicos #G. Pasivo #Hospital.

Era horrible cada día pasar por el espejo, aquel cruel cristal sin sentimientos que le hacia reflejar todos sus defectos, sus grasientas mejillas, sus brazos gordos, su vientre igual, y por último esas piernas gordas y llenas de pequeñas bolas de grasa, mejor conocidas como: Celulitis, era horrible tener que ponerse los pantalones sabiendo que ya no entraban en ese gordo y enorme trasero.

Lunes por la mañana.
Abrió sus ojos, sin ningún tipo de pereza, más bien con un extraño sufrimiento, sintió el brazo tatuado de su novio abrazarle por la que alguna vez había sido su cintura, aquella cintura delgada, y ahora  por ansiedad y entre otras cosas la había perdido, el brazo de su novio se veía delgado en su vientre gordo y flácido, sin hacer mucho ruido tomo el brazo de Frank, y lo alzo con su gordos dedos y lo dejo aún lado, para levantarse de la cama, dio gracias a dios que Frank tuviera un sueño maravillosamente pesado, no tan pesado como el, pero bueno. Se levantó de la cama sin hacer mucho ruido, aunque sus pasos hacían resonar en aquel piso de manera, si, también sus pies eran gordos, se metió al cuarto que estaba en su cuarto y cerró la puerta poniéndole seguro a la puerta, con cuidado se puso sobre sus rodillas y saco la báscula que escondía entre las toallas, la escondía por que sabía que a Frank, le molestaba que se pesara a cada rato, para el, el estaba perfecto, pero o por Dios ¿Como alguien obeso puede ser perfecto? ¿Cómo? Coloco la báscula en suelo y la encendió, tendría que haber bajado por lo menos unos 4 kilos en esta semana, había seguido las instrucciones de su amigo Erik al pie de la letra, se armo de valor y se subió en la báscula, era increíble! Su abdomen no le dejaba ver el resultado, por lo cual tuvo que agacharse un poco, entonces sus ojos se abrieron a más no poder. No. Era imposible, el resultado marcaba 101 kilos, 101 si. 101, la vez pasada de había pesado y eran 95 kilos, pero... ¿Qué había hecho mal? Si había comido, pero todo lo que comía, lo había vomitado, todo!
Se bajó de la báscula sin ánimos y volvió a guardar la báscula en la pequeña alacena en donde guardaban las toallas, se levantó y e allí en donde se topo con su terror, un espejo, en donde podía notar sólo su cara, su redonda y grasienta, apretó sus ojos para contener las lagrimas, y sus labios para contener un chillido, más los toques en la puerta se hicieron presente, era Frank.

—¿Amor? ¿Estas allí?
La voz ronca de Frank resonó, haciendo a Gerard abrir los ojos y contestar al instante.

—Uhm.. Si, si ah, ahorita salgo.
Dijo finalmente abriendo la llave del lavamanos y enjuagando allí sus manos, para después secarlas y acercarse a la puerta para abrirla y encontrarse allí con Frank, su apuesto y DELGADO Frank.

—¿Cómo amaneciste, mi amor?
Cuestiono Frank, tomando a Gerard por la cintura y acercándolo a el, claramente Gerard no sabía como es que el brazo de Frank pudiste rodearlo por la cintura, dados sus rollos de grasa.

—Bien amor. ¿Y tu?
Suspiro Gerard.

—Bien... Esperaba verte a mi lado, pero veo que alguien madrugo.
Dijo Frank con una pequeña risa y se acerco a besarle los labios a Gerard, un beso que Gerard no rechazo y correspondió abrazando a Frank por el cuello con sus gordos brazos, tratando de no ahogarlo, Frank comenzó a alzar la blusa de Gerard, acariciando su piel desnuda, su rollo de grasa, Gerard se separó al instante.

—Tengo hambre.
Frank hizo un pequeño puchero acercando de nuevo a Gerard.

—Bien, entonces bajaré a la cocina, a mirar que hay de comer...
Suspiro Gerard.
Más Frank, no lo dejo irse se apegó más a su cuerpo, poniéndolo entre su cuerpo y la pared, se agachó un poco poniendo su frente en el hombro del pelinegro, ronroneando un poco.

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⏰ Última actualización: Apr 17, 2017 ⏰

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