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Gato de espaldas

Estoy viendo tele... bueno, en realidad no, estoy en mi computador, en facebook, pero la tele está prendida. Esta dando un programa sobre una tipa que ve fantasmas y los ayuda a cruzar al mas allá. No estoy siguiendo muy bien a trama, tampoco me interesa mucho lo que sale en mi facebook... ¿se han dado cuenta de como, de un golpe, tu muro se llena de gente que se queja o de imágenes estúpidas que quieren ser compartidas? esto me molesta, me hace darme cuenta de lo infantiles que son las personas que me rodean... arggg ¿que me pasa? estoy muy criticona, no soy así... hmmm, supongo que estoy un poco sensible...

Veo a mi gato. Es blanco con manchas negras, se llama Persian. Sí, como el pokemon, como la evolución de Meowth. Siempre me ha gustado pokemon, no sé por que... y los animales, me gustan mucho los animales... he tenido muchos perros, gatos, jerbos, pollos y patos, pero vivo en un lugar donde la gente es mala, me roban, me atropellan o me envenenan mis animales. Eso si, nunca he tenido canarios ni catas, me parece cruel tenerlos encerrados. Tampoco he tenido peces, es muy caro mantenerlos...

Nunca he amarrado a mis perros ni encerrados a mis gatos, porque ellos saben que deben volver, aunque a veces no vuelven, porque los matan, como ya dije.

Persian mira fijamente una cosa en el suelo, lo veo por el rabillo del ojo. Dejo el computador a parte y miró lo que él mira... es un bicho, es negro brillante. No sé como se llama, aunque he visto muchos como esos, acá son comunes. No mide mas de centímetro y tiene antenas. Parece que tiene alas, aunque si no vuela, no sabría decirlo... si, tiene alas, aleteó un poco, Persian quiere comérselo.

No se que me pasa, no puedo dejar de mirar ese bicho, ni como Persian juega cruelmente con él. Me molesta un poco que mi gato lo aplaste así con su zarpa... lo ha dejado panza arriba... que raro, el bichito hace un ruido raro con sus alas, como clicks. Parece doblarse y saltar para poder ponerse de nuevo sobre sus diminutas patas, no sé si lo logre... sí, lo logró, pero mi gato vuelve a tumbarlo. Click, click, click...

Siento un poco de rabia ¿por que Persian no lo deja en paz? es sólo un bichito... quiero hacer algo, pero no puedo dejar de mirar esa agonizante criatura. Tengo la boca entreabierta y los ojos abiertos de par en par, me siento hipnotizada por el dolor de ese insecto.

-¡Persian, déjalo en paz!

Pateo a mi gato, pero él vuelve a acosar al bichito. Sus ojos están completamente negros y su cara refleja sadismo. Ese no es mi gato...

Estoy muy molesta, no sé que estoy haciendo, me siento rara... ¿me he puesto de pie? estoy en mi cocina... debo enseñarle a Persian buenos modales ¿no? es lo que una buena ama hace...

-Me gustan mucho los animales...

Persian está tan concentrado torturando al bicharrajo que ni se da cuenta cuando lo tomo por el pellejo de su cuello. Lucha como loco, "pelea como gato de espaldas" jajajá... es un dicho curioso, sobre todo porque es cierto. Los gatos luchan mucho de espaldas, rasguñan muy fuerte si quieren, al igual como los perros muerden, los patos aletean, los pollos picotean y los jerbos chillan cuando están asustados...

No quiero mas cortes en mis brazos, mejor me pongo un chaleco, uno oscuro, los blancos se arruinan con la sangre...

Estoy caminando a mi lugar tranquilo. Esta detrás de mi casa, cruzando la cerca de ligustrina. Detrás de esa planta ya nadie me ve. Avanzo un par de metros y me detengo... sólo hay arboles, pasto, viento y paz... es una bonita vista.

Pongo a Persian en el suelo. Trata de escapar, pero esta muy débil y aturdido, un poco asfixiado, lo he traído por el cuello. Se siente rara la traquea de un gato al moverse en busca de aire, como una babosa que se menea en un pocillo de sal... jajajá, Persian tiene la lengua afuera.

Dejo el cuchillo a un lado mientras sujeto a Persian con la mano libre. Se mueve mucho, ahí hay una piedra bastante grande. La tomo firmemente y le aplasto las patas a mi gatito. Estas crujen al quebrarse y mi gato chilla. la sangre mancha su blanco pelaje...

Me siento un poco mal ¿no estaré siendo muy dura con él? ¡NO! Persian debería saber que es malo torturar animales, asi que debo seguir para enmendar su corazón.

Con ayuda de un par de piedras mas, sujeto al desmayado Persian al suelo, de forma que sus retorcidas patitas queden extendidas y el se mantenga de espaldas... esta muy tranquilo, siempre es bueno romper lo mitos de la viciosa sociedad, un gato puede estar de espaldas y tranquilo.

Tomo el cuchillo y paso mi pulgar por él, suavemente, para que no me corte. El áspero tacto del filo me indica que esta preciosa pieza de acero seria capaz de cortar un diamante.

Lentamente, comienzo a hundir la punta del cuchillo en la base del gaznate. Salta mucha sangre y Persian se retuerce y maúlla horriblemente, pero las piedras cumplen su cometido, no podrá escapar.

La sangre me mancha la cara y mi chaleco. No importa, mi piel es fácil de lavar y mi chaleco negro oculta la sangre, después de todo yo lavo mi ropa.

Bajo el cuchillo hasta el estomago de Persian. Miro los ojos de ese cruel animal, ahora no están negros, están asustados. su gatuno rostro ya no es sádico, es agonizante.

-Debiste irte cuando te pateé, Persian -le dijo con la voz mas cariñosa que puedo producir, al menos asi su dolor se mitigará-. Pero tranquilo, pronto terminará.

Suelto el cuchillo y rompo las costillas de Persian. Sonrío al hacerlo, es mas relajante que reventar las burbujas de las bolsas de embalar... crack, crack, crack... no sé cuantas rompí, o si acaso sólo rompí eso, pero Persian aun vive.

Con la mano izquierda aparto la piel y los huesos destrozados de mi gatito, entonces, con gran alborozo, veo mi premio, mi objetivo: su corazón... aun late, débilmente, pero late... lo masajeo para que lata mas rápido... da resultado... tiemblo de emoción, llego a babear con tal espectáculo, tengo la vida de esa criatura en mis manos, literalmente.

No sé cuanto tiempo estuve jugando con el corazoncito de Persian, pudieron haber sido horas, pero al final me di cuenta de que me salía de mi objetivo, así que rebusque en mi bolsillo y encontré la caja de fósforos. Al abrirla, entre un montón de fósforos, vi al pequeño bichito con que Persian habia jugado hasta la muerte. Con delicadeza lo tomo y lo hundo en el corazón del gato. Es una suerte que el insecto sea duro y su cabeza termine en punta, si no no hubiese podido.

La poca sangre que queda en el cuerpo del gato salta, pero apenas es un chorrito. El corazón a dos latidos mas y se detiene, pero esto aun no termina. Retiro las piedras y pongo a Persian de manera en la que le gustaba dormir. Junto un poco de pasto seco y cubro a Persian con este, de modo que no se note su vientre abierto, entonces rocío un poco de gasolina sobre el montoncito de pasto, gato y bicho.

-Ok, Persian, esto es lo ultimo...

Saco un fósforo y prendo a mi gato, una gran llamarada, acompañada de una humareda color negro con olor a gasolina me golpea la cara. retrocedo para no quemarme y me arrodillo a dos pasos del fuego, entonces empiezo a mecerme hacia delante y hacia atrás, rogando por el alma de Persian y la el bichito.

Cuando el fuego se extingue y no deja mas que el esqueleto carbonizado de Persian, cabo un agujero con mis propias manos y entierro todo ahí, después de una leve reverencia me voy a mi casa, me baño y me cambio la ropa.

Cuando lleguen mis padres, seguramente me preguntaran donde esta Persian. No puedo decirles la buena obra que hice, eso seria pecar de vanidad, así que sólo les diré que no ha vuelto, que seguramente esos malos hombres de los cuales estoy rodeada lo han matado, robado o atropellado. Servirá, siempre me han creído.

-Me gustan mucho los animales...

GRACIAS

-VOTEN-

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