Agua como cristal

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- Tengo que decir que ha sido sencillamente...¡Genial!- me decía Elsa mientras caminábamos por el pasillo.

-Vale, si, ha estado bien, pero si no fuera que todos le explicamos lo ocurrido... Shelle buscaría la manera de echarte la culpa .- Ya habíamos pasado hacía un rato justo por delante de la puerta del despacho del director pero los gritos seguían retumbando en el pasillo como si de una cueva se tratase. Se escuchaba todo tipo de palabras y los sollozos de una chica: Shelle. Después de que todos los allí presentes le tuviéramos que explicar lo que había pasado y hubiera llegado a la conclusión de que la culpable era ella, él se la llevó a su despacho esquivando los montones de comida que había por allí esparcidos en el suelo. Lo último que hizo la ministra suprema fue dedicarle una mirada de víbora a Elsa, a lo que ella respondió con un saludo de mano. Que situación más violenta...

- Creo que lo mejor que podemos hacer ahora es ir a casa y quitarnos toda esta ropa.-dijo ella mientras se quitaba un spaguetti de un mechón de su pelo. Las clases habían acabado por hoy y habían sido agotadoras. Después de todo, había tenido lugar una guerra de comida.

- Me apetece llevarte a un sitio muy especial para mí. Te llevo después de clase y no acepto un no por respuesta. -Me miró con cara de desafio.

-  Y si digo que no, ¿qué me vas a hacer?

- Pues esto.- En ese momento se me ocurrió cogerla por la cintura y echármela al hombro. Ella pataleaba y me daba golpes con sus puños en la espalda como pretendiendo que la liberara mientras se reía a carcajada limpia.

-¡Vale, vale acepto! Pero ahora bájame. Te veo a las cuatro.- Iba a salir corriendo apresurada cuando de repente se da la vuelta.- Una última cosa...como me vuelvas a coger en brazos como acabas de hacer hace un rato, puedes ir preparando la cara.- Se estaba crujiendo los dedos mientras lo decía. Levanté las manos como si de un atraco se tratase. Al final, vi que era una broma por su cara y me tranquilicé. La llevaría a un lugar maravilloso.

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Ya iba a ser la hora del encuentro con Elsa pero como ya estaba listo y preparado, me había puesto a jugar a la consola . Puede que no estuviera jugando a un juego muy apropiado para mí, pero me divertía. Justo iba a derrotar al jefe final de la mazmorra cuando me di cuenta de que ya eran las cuatro y diez.

- ¡Miércoles! - Me apresuré cogiendo mi cazadora de parches y salí tan rápido como pude de casa, avisando antes a mi madre. El sol me recibió con esplendor, al igual que Elsa, quien ya estaba allí esperándome sentada en un banco. Corrí un poco hasta alcanzarla.

- ¡Hola! Lo siento por llegar tarde- dije llevándome una mano a la nuca mientras me sonrojaba.-Me entretuve jugando al The  Legend of...

- No te preocupes hombre. Yo también acabo de llegar que mi madre me estuvo echando el sermón de siempre. Supongo que ya sabes cual es. Parece que todas las madres vienen con un manual de las palabras y cosas que tienen que decir.- Nos reímos al unísono, dirigiéndonos ya a la parada de autobús.

-¿Es necesario coger un bus?- me preguntó.

-Sí, digamos que aún queda lejos, más o menos por la costa. Ya lo verás.- Nuestro transporte acababa de llegar.

-¿ Para dónde vais chicos?- dije el conductor del autobús amablemente.

- Vamos a la costa.- Asintió y pagamos nuestro billete. El viaje sería largo, pero valdría la pena.

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En cuanto llegamos, nos quedamos observando aquel maravilloso paisaje comunmente llamado la playa, pero a mi me encantaba ya que me relajaba mirar a aquella gran extensión de agua cristalina y nítida. Y el horizonte, en el que parecía que el mar se juntaba con el cielo, pareciendo dos cosas inseparables. La tenue luz del sol se reflejaba en el mar, cuyas olas ondeaban, aparentemente tranquilas.

- Me encanta el mar, inspirar ese olor a brisa marina que me relaja y me hacesentir bien, que me llena por dentro. –La tranquilidad inundaba a Elsa.

-A mi también me gusta. Pero lo que te he venido a enseñar no es la playa, si no un

lugar especial para mi. ¿Vamos? Le tendí la mano y me la agarró con sus manos suaves y cuidadas. Lo único que quería era que ella disfrutara del momento.


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⏰ Última actualización: Jun 16, 2016 ⏰

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