Todos los estudiantes de último curso hablaban sobre la nueva cafetería que había abierto al lado del Instituto, y el grupo al que Oh Sehun pertenecía no era la excepción. Por lo que se dirigían hasta ahí después de la jornada de estudios pesada, pues estaban ya en su último año y faltaban pocos meses para salir.
Las pruebas para entrar a una Universidad buena los tenían a todos estresados y con sueño. Qué mejor que un café, ¿no?
— ¿Traes dinero? —pregunto Jongin, su compañero.
— Si, ¿por qué crees que acepte tu invitación, para empezar? —dijo con su típica cara de que se joda todo el mundo.
— Andas muy sensible —bromeo Sooyoung, golpeando su hombro— Deberías comer un helado para ver si te vuelves un poco más dulce.
— Y tu conseguirte una novia para que dejes de molestar a los otros —dijo y la chica lo golpeo.
— Ash, no se puede bromear contigo, Sehun —se quejó alejándose.
Entraron a la cafetería y se sentaron en una de las pocas mesas disponibles. Para ser nueva tenía mucha clientela, Sehun se preguntó el porqué. Cuando su vista dio con la caja y los meseros entendió todo.
Y lo vio, el chico con cabello rubio casi platinado y sonrisa bonita entregando un café a unas mesas de la suya.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
