Alonso ya me dominaba a la perfección, era un gran actor, me hacia ver lo mucho que importaba en su vida ya estaba profundamente enamorado de Alonso Villalpando, creía en todas sus mentiras, este fue mi gran error, debí escuchar a mi alma, me gritaba fuertemente que todo era una ilusión, pero no, la ignore totalmente.
Vivir en su departamento fue hermoso al inicio, estábamos todo el dia juntos, no todas las noches teníamos relaciones, pero cuando las teníamos eran increíbles, Alonso se había obsesionado con tenerme como su juguete, incluso aguantaba mis muestras de amor, el no es de esas personas a las que le gusta mostrar sus sentimientos, yo tomaba eso como pretexto, un pretexto para no ver sus verdadera intenciones.
El tiempo seguía pasando, ahora ya no había vuelta atrás, con cada día que pasaba me convencía a mi de que mi vida era solo Alonso, ya no tenia amigos, muchos de ellos me decían cosas malas de Alonso, cosas que me negué a creer, que si lo vieron en un club besándose con tal mujer, que lo vieron entrar a un hotel de paso con otra, estaba cegado por el, termine peleado con todos los que me decían ese tipo de cosas, me negaba a creer lo que era realmente evidente, el amor es bueno cuando es compartido por dos personas, pero cuando solo uno de ellos esta enamorado, te ciega y te hace hacer cosas estúpidas de las cuales te arrepentirás por siempre.
Llegó la noche que cambio todo, era evidente que tarde o temprano el verdadero Alonso saldría, pero sentí que ese momento llegó muy temprano, esa fría y oscura noche Alonso llegó muy tarde a casa, yo lo espere en la sala viendo la televisión, al entrar solo me echo una mirada rápida, yo sonreí, estaba feliz por verlo, temía que algo malo le hubiese pasado.
-Hola Alonso, que bueno que ya estás aquí- lo salude alegremente, su presencia me cambiaba por completo.
El no contesto, solo hiso un sonido de aprobación y se fue directo al baño, pensé que se encontraba molesto o algo así, decidí alegrarle la noche... grave error, lentamente me dirigí al baño, abrí la puerta y lo vi de espaldas echándose agua en la cara, esa espalda, esas piernas, ese trasero me enloqueció, lentamente me acerque a el y lo abrase rodeando su cuerpo con mis brazos, el se asusto y se enderezo, por el espejo vio que era yo quien lo abrazaba, sentí celos por las gotas de agua que se deslizaban por su hermoso rostro, lentamente acerque mi boca a una de sus orejas.
-Que bueno que llegas, te estaba esperando- dije esto de una manera provocadora.
-Ahora no Adrian, estoy cansado.
-Pero Alonso, hoy quiero hacer el amor contigo- dije esto tan despacio que erice todos los cabellos de Alonso, después pase mi lengua por su oreja, noté que suspiró y me felicité a mi mismo por hacer un buen trabajo.
-Cálmate, no tengo ganas, solo déjame en paz Adrian- las palabras de Alonso me sorprendieron, pensé que estaba por convencerlo, esa noche Alonso encontró una jovencita para satisfacerse, así que no tenia ganas de estar conmigo, pero yo ignoraba eso, yo no sabía nada, así que insistí sin saber que pagaría las consecuencias.
-por favor Alonso, no digas que no-Insistí .
Alonso se dio vuelta, quedamos frente a frente, solté su cuerpo para pasar mis brazos alrededor de su cuello, cerré los ojos esperando un beso de sus labios, pero nuca llegó, sentí que apretaron mis muñecas y aventaron mis brazos.
-¡Quítate, déjame en paz, te dije que estoy cansado!- Dijo Alonso molesto, y salió del baño.
Me quede parado solo en el baño, no entendí la situación, pero reaccione, no me daría por vencido, pensé que Alonso se encontraba mal, tenia que alegrarlo, tenia que hacer que se sintiera bien, apague todas las luces y la televisión, me metí a la recamara y me desnude por completo, lentamente levanté las sabanas, vi que Alonso estaba acostado semidesnudo, solo tenia un ajustado bóxer blanco, que visión, lo que veía era mejor que cualquier sueño, estaba acostado boca arriba, con una de sus rodillas en dirección al techo, la otra pierna extendida, su cuerpo, sus brazos, eran perfectos, esos grandes pezones, provocaban morderlos, su cara me volvía loco, sus ojos cerrados, y su cabello mas despeinado de lo normal, algunos mechones caían sobre su rostro, por Dios, Alonso es perfecto, no pude mas, me metí ala cama y me tape, lentamente me acerque a el, y cuando por fin lo sentí, acomode mi cabeza en su pecho, le comencé a dar besos en todas direcciones, acariciaba con una mano su cuerpo, pase mi lengua por sus pezones y lentamente dirigí una de mis manos al bóxer de mi amado, pensé que estaba haciendo un buen trabajo, Alonso no me había separado de el, acariciaba con mi mano el bulto que se formaba entre sus piernas, estaba despertando, no aguante y metí mi mano por debajo del bóxer, el contacto con mi mano hiso que el miembro de ALonso despertara totalmente, pero... el realmente no tenia ganas de hacerlo esa noche, y ceo que meter mi mano lo enfureció, pero no hiso nada por librarse de mi, mi boca seguía jugando con uno de sus pezones, estaba muy excitado y mordí su hermoso pezón, no supe ni lo que hice, esa fue la gota que derramo el baso, pensé que le había gustado a Alonso, pero solo lo hice enojar mas de lo que ya estaba, Alonso había llegado a su limite, yo seguía en mi trabajo, quería darle placer a mi amado, pero fui interrumpido, sentí que una mano apretó muy duro mi muñeca haciéndome soltar el pene de Alonso y cuándo me di cuenta otra mano jalaba mi cabello fuertemente.