-Alonso, ¿me amas?
No escuche respuesta a mi pregunta, no insistí en preguntar de nuevo, fue la única ves que hablé en el trayecto de la casa de Alan a nuestro departamento, Alonso no dijo ni una palabra, su mirada estaba fija en el camino, esa situación fue realmente incomoda, "¿Por qué Alonso está tan callado después de lo que sucedió en casa de Alan?, esa pregunta me venía a la mente.
Llegamos, bajamos del carro en silencio, caminamos separados por unos segundos y al entrar al elevador intenté tomar su mano para subir junto a el, pero solo sentí que aventaron mi mano violentamente, me asusté un poco por la reacción de Alonso, el ascenso del elevador se me hizo eterno, no dejaba de pensar en la actitud de Alonso.
-Vamos entra- su voz tenía un tono serio.
"¿Qué estaba pasando?", minutos antes llegó a pedirme disculpas y fue tan dulce conmigo, ahora se estaba portando de una manera fría, estaba confundido.
Alonso caminó y se metió a la recamara, enseguida entendí lo que quería o mas bien lo que mi corazón quería que sucediera, pensé que tendría una noche romántica con Alonso, que se disculparía conmigo por todo lo que pasó hoy, pensé que haríamos el amor de la manera mas dulce así que entre a la recamara también.
Que equivocado estaba, ahora me encontraba parado enfrente de la cama esperando a que Alonso me abrasara, el estaba sentado en el sofá que teníamos dentro de la recamara, se levantó y camino hacia mi, cerré mis ojos esperando el contacto de mi cuerpo contra el suyo pero lo que realmente sentí fue un fuerte golpe en mi rostro que me arrojó directo a la cama y de nuevo después de varios minutos escuche la voz de Alonso.
-¡Eres un estúpido!, como se te ocurre hacer ese tipo de escenas enfrente de tanta gente.
-Alonso ¿Qué pasa? ¿Por qué me golpeas?- el golpe fue tan repentino que me desubicó, aun no comprendía lo que pasaba.
-Por que te lo tienes bien merecido-dijo sarcásticamente- pero tranquilo este no será el único, estoy muy enojado, tengo que liberar mi furia y aquí no están tus amiguitos para salvarte- una lluvia de golpes dio contra mi cuerpo.
-Alonso ¿Por qué?-dije débilmente mientras me tapaba la cara de sus golpes.
-Tu bien saves que te mereces esto, realmente te lo mereces Adrian- sentí sangre en mi boca, de nuevo mis labios comenzaban a sangrar.
-Alonso, por favor ya no me golpees.
-Hay Adrian, ya te dije, sabes perfectamente que te mereces todo esto y ya me cansé de decírtelo- el se calló por unos momentos y detuvo sus golpes- das mucha lastima Adrian, pero creo que es tiempo de decir la verdad, llegó el momento de decirte todo estés listo o no.
Mis ojos estaban llenos de lágrimas, mi cara estaba manchada de sangre, su voz tenía ese tono de una persona demente, es como si Alonso estuviera loco, me asustaba.
-Todo este tiempo pensaste que yo te amaba y todas esas tonterías, pero no, estas muy equivocado si creíste en eso, en realidad solo te usé, ¡Te usé Adrian!
-Alonso por favor, no digas eso.
-¡Cállate y escucha! fue muy fácil engañarte, eres tan ingenuo, te dejaste engañar tan fácilmente, a pesar de que muchas veces me hartabas y termine golpeándote siempre pude hacer que calleras a mis pies de nuevo y ¿sabes por que?-no pensé que fuera una pregunta así que no conteste lo que hizo enojar mas a Alonso- ¡TE HICE UNA PREGUNTA, RESPONDEME!
-No-no...no Alonso no se por que- me moría de miedo, Alonso estaba fuera de sí.
-Pues es muy fácil la respuesta Adrian, estoy obsesionado con tu cuerpo, eres delicioso Adrian, me gusta escuchar cuando pides mas, cuando estas gritando de placer, me causas risa y vaya si eres insaciable, tu perfectamente lo sabes, pero no creas que eres la única persona a la que complazco, hay muchas Adrian, aunque ni una se compara con tu cuerpo, eres el mejor, ponte orgulloso de eso... afortunadamente solo estoy obsesionado contigo pero no atado a ti.
