Me esconderé en el fuego
tratando de desencajar aquel clavo que clavé por gusto,
tratando de ligar un muro a mi espalda,
de gritar a la luna tu sonrisa,
llorando para recordar tu olor,
cerrando los ojos para volver a sentir que eres posible,
que hay días tras aquella noche,
trataré tus productos tóxicos a corazón abierto,
sin cinturón,
a mí nunca me ha gustado eso de la seguridad,
quizás por ello trato y nunca consigo.