Que quede claro;
nunca cambiaría
los terremotos a tu lado,
ni las noches refugiada,
por la más serena idea
de nunca haberte conocido.
Euridice.
Que quede claro;
nunca cambiaría
los terremotos a tu lado,
ni las noches refugiada,
por la más serena idea
de nunca haberte conocido.