-Si vamos a hacer esto, tiene que ser tal cuál como les explique los pasos, si fallan, estamos jodidos. -Susurro mirándonos detenidamente, con un cierto destello de amenaza en sus ojos y todos tragamos con dificultad. Aunque han pasado varios años, no me podía acostumbrar a la mirada amenazante de Matthew Healy, era difícil evadir esa mirada penetrante y más difícil no querer obedecer lo que te pedía cuando lo hacía, pero el hombre tenía razón, teníamos que seguir el plan al pie de la letra si no queríamos fallar y que eso pudiera costar la vida de uno de nosotros, como anteriormente había pasado cuando perdimos a Jonah la semana pasada. Cerré los ojos, recordando ver a mi mejor amigo morirse justo enfrente de mi cara y esté me miraba con sus ojos bien abiertos como pidiendo ayuda, no pude hacer nada.
-¡Enfóquense! -exclamó en voz baja. Todos asentimos bajo del pasamontañas que hacia acalorar mi cara, sentía las pequeñas gotitas de sudor correr por mi frente y quería quitarlas para evitar la molestia, pero no podía.
El hombre al frente, levanto su mano a la altura de su pecho con indicación de que aguardáramos hasta su indicación, todos conteníamos el aire preparándonos mentalmente para el siguiente robo.
Agradecía que la adrenalina era bastante poderosa en mi cuerpo, más cuando dejaba que el éxtasis hiciera control sobre el mismo horas antes de un plan como este, puesto que conocía mi cobarde cerebro y me detendría de hacer esta semejante estupidez si no lo tuviera 'controlado'. Corriendo por mi sangre y dominando cada órgano, podía sentir ese poder imparable que me hacia sentir extasiado y sediento por más.
Con la ansiedad comenzando a tomar posesión, espere a que Matthew levantará la mano en alto y nos diera el pase, que no duro mucho en hacer dicho acto y entonces todos corrimos, sigilosamente, dentro de la joyería. Mis ojos miraban con curiosidad buscando algún individuo dentro de la tienda al que tuviera que terminar con su vida sin piedad alguna, como ya lo he hecho anteriormente. Mi corazón latía sin piedad alguna y tenía que controlar la respiración para no perder el control y dejar que la posible taquicardia arruinara esto...uno, respire...dos...tres...cuatro....cinco, expiré, uno...dos...tres...cuatro...cinco, volví a respirar.
-No hay nadie. -Escuché hablar a alguien a mis espaldas, asentí.
-Malik, te necesito acá. -Escuché a Healy hablarme y me gire sobre mis talones para caminar hacia él, encontrándome con los ojos verdes de mi hermano quien me miró sin expresión alguna, sosteniendo una bolsa entre sus manos. El hombre estaba metiendo rápidamente todas las joyas del estante, después me miro directo a los ojos, con rudeza. -Ya sabes que hacer. -Asentí, puesto que sí, sabía cual era mi papel en este tipo de hazañas.
Examiné el lugar buscando ese preciado diamante hasta que mis ojos lo captaron y sonreí cínicamente para mis adentros, ¡bingo! Con esto obtendríamos comprarle más a Sheen que ya nos podía imaginar las fiestas que se harían, me acerque al premio y sonreí más abiertamente cuando una idea paso por mi mente, esto no podía ser tan fácil y por ello no sería satisfactorio. ¿Dónde está la diversión en robar si no sientes el éxtasis de la adrenalina correr por tus venas mientras intentas ganar y huir a la vez? Conocía a la perfección este tipo de tiendas, no era la primera que habíamos robado y sabía en donde se encontraba la seguridad para llamar la atención.
Sin calcular, con toda la intención, metí de golpe la mano, tomando el diamante entre ellas y lo saqué, al mismo tiempo que un ruido estruendoso comenzaba hacer vibrar la tienda entera y las luces se prendieron de golpe, sonreí con satisfacción al escuchar las sirenas y sabía que ahora sí, el juego había empezado.
Escuché jadear a mis compañeros y como Matthew les gritaba que se apuraran, mientras sin desesperación, metía las demás joyas que restaban en el bolso, sabía que me iba a llevar un gran regaño de su parte, él me conocía y perfectamente estaba al tanto de cómo me gustaba robar, por lo que se estaba acostumbrando a mis pequeños actos de rebeldía. Con mi sonrisa sarcástica me acerque tranquilamente hacia él y mi hermano quien cerraba la bolsa, tirándola sobre su espalda para comenzar a correr fuera de la tienda, mire con diversión a Healy quien me miró con un brillo de furia encendido en sus marrones ojos y eso hizo que mi sonrisa fuera más prominente, aún por debajo del pasamontañas. -Estás muerto, Malik. -Bramó tomándome bruscamente del cuello y alejándome del lugar cuando las sirenas literalmente se encontraban fuera de la tienda, solté una risa y seguí al resto del equipo fuera hacia las motos en donde me monté sobre la mía y arrancamos, a toda velocidad, rumbo hacia la carretera.
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Éxtasis
Historia CortaEstábamos y no estábamos, éramos y a la vez no. Lo único que sé es que el éxtasis provocaba que se perdiera en un mundo donde él y yo nos encontrábamos. No tenía nada que ofrecerle pero por alguna razón estaba atado a su corazón y él estaba atado a...