ll. 10 segundos.

65 15 4
                                    



-Más vale que te apresures, Malik. –Gritó mi amigo, recargándose en la sucia pared con un cigarrillo entre sus dedos, cubriéndose con la gorra de la sudadera para pasar desapercibido.

Me gire y le guiñé un ojo antes de entrar a la tienda colocándome el pasamontañas sobre mi cara y sacando la pistola de mano detrás de mi bolsillo, la levante en alto y apunte hacia la persona que estaba en el mostrador.

-Rápido, ¡vacíe el dinero que tenga aquí! –grite mientras mi compañero me daba una mochila. Se la coloqué en el mostrador y ella temblando, abrió la caja registradora como pudo al sentir el frío metal de la pistola cerca de su cara, tomando el dinero con sus temblorosas manos y depositándolo en la mochila. Sonreí cínicamente, pobre estúpida.

Vi por el rabillo del ojo a mi otro aliado tomando algunos alimentos y metiéndolos a la mochila, solté un bufido.

-No pierdas tiempo. –me dirigí hacia él- La policía llegará en dos minutos.

-Déjame hacer lo mío. –masculló.

Rodeé mis ojos, seguí mirando a la chica que depositaba lo último que quedaba de dinero, aún sin verme a los ojos y temblando enteramente. Me gustaba provocarle esto a la gente, me hacía sentir superior.

-E-E-Esta...t-todo...aq-aquí. –dijo sin aliento.

-Perfecto. –sonreí de lado e indique a mi compañero que cerrará la mochila, me la colgué detrás de la espalda. -¡Vámonos! –avise al otro hombre, quién asintió y salió corriendo junto con mi compañero.

Observe el mostrador una ultima vez, cerciorándome de que fuera cierto y tome una cajilla de cigarros Malboro. –Espero que no te importe. –le dije, y los metí a mi bolsillo trasero, me reí en su cara y caminé fuera de ahí como si nada.

Hasta que mi cuerpo se estrelló de lleno contra otro.

-¿Pero qué mierda...? –escupí con molestia. Abrí los ojos y me encontré con otros pares color azul, me miraban asustados con una mochila negra pegada a su pecho, me levante furioso, ¿quién mierda se creía este mocoso para interferir en mi camino? Me gire sobre mis talones para observar el dinero caído de la mochila y rápidamente me agache a tomarlo entre mis manos, escuché las sirenas sonar.

-¡Demonios! –tome como pude el dinero y eche a andar hacia los demás, estampe el dinero en el pecho de Hood. –Vete, tengo que encargarme de algo. –dije observando de reojo al chiquillo tirado en el suelo.

-Vámonos, ya hermano, luego te haces cargo de él. –inquirió tomando el dinero y montando la motocicleta.

Negué, esto no se quedaría así.

-La policía...-volvió a decirme.

-No me interesa.- dije sin mirarlo y caminando intimidantemente hacia el castaño ojiazul, quien seguía mirándome asustado.

Lo tome del cuello, estampándolo contra la pared con brusquedad y coloqué mi pistola en su sien, el chico apretó los ojos con fuerza y lloriqueó.

-Dame una buena razón para no volarte los sesos. –dije en su oído.

Él chico tembló bajo mi agarre.

-Vamos, Malik, déjalo ya. –escuché a Edward decirme, me gire a verlo bruscamente.

-Gracias por decir mi nombre, ahora si tendré que deshacerme de él. –sonreí cínicamente, bajo el pasamontañas que aún no me quitaba, me gire nuevamente hacia el chico.

-La policía llegará en diez segundos, si lo vas a matar ¡hazlo ya! –gritó, subiéndose a la moto y arrancando.

Diez segundos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 06, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Éxtasis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora