Siento que lo que me está pasando ya lo conozco. Este sentimiento contigo lo viví en el pasado y ahora tiene un ingrediente añadido, la desidia.
Pasas por mi lado y esbozas una muda sonrisa que lo dice todo.
Donde estuvimos y qué viaje hemos hecho hasta aquí?
Me parece que me perdí en el trayecto y fui una naufraga a la deriva, así que aunque ahora trates de pasar junto a mí con una balsa y llevar los honores de salvador yo no me subiré a tu barco. He aprendido a nadar y prefiero llegar a la orilla yo sola.
Claro que si, en cada brazada suelto lágrimas porque siempre esperé más de ti. Tú me lo hiciste creer así. Y aunque duele el sentirse sola, es peor haber sido engañada.
Tú dejadez me dice cosas, me lleva de la ira a la pena, de la decepción a la venganza, del odio a la crueldad y creo que me desdibujo en sentimientos que me ahogan. Yo no soy así. Respiro. Salgo a flote otra vez. Sigue. Nada. Ya se ve la orilla. Vas sola. Nadie te espera, porque ya estás tú.
