Capitulo 8

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Narra María Fleitas

¡Feliz día maldito sol! Primer día de Universidad.

Llevo ya un poco más de media hora despierta, ya tengo todo listo, me di un baño, me cambie, me hice uno de mis peinados improvisados y en el atuendo me falta algo que está en el segundo piso. Aunque, disfrutare mucho despertando a esas descaradas, como si yo no supiera que esas cuatro zombies no se durmieron hasta tarde y que son unos renacuajos de vampiro que todavía están en cama.

Con la mayor sonrisa maniática que tengo, bajo las escaleras hasta el tercer piso. Entro a casa de Betty Bu. No sabe que le hice una copia a su llave, y tampoco creo que se lo vaya a decir. Toco la puerta de su cuarto con la mayor insistencia que tengo y le grito.

- ¡YA SALIÓ EL SOL BICHO RARO! ¡¡¡DESPIERTA!!!

- ¡DEJA DE JODER FLEITAS! -Me grito desde la cama y sentí que tiro algo contra la puerta del cuarto.-

- Jajaja. ¡TE RECOMIEDO AGUA FRÍA PARA BAJAR LOS HUMOS FIERA!

Y me fui riendo imaginando su cara cuando la desperté. Deje seguro en su puerta y seguí bajando las escaleras pero a la vez saque el celular de mi bolsillo para revisar el mensaje de WhatsApp que me había llegado luego de que me 'despidiera' de mi querida Beatriz.

Vete un poco al carajo anciana Fleitas.- B

También te quiero niña llorona. Ponte linda chula.- YO

Antes de acabar de bajar las escaleras para llegar al segundo piso mientras guardaba mi celular, vi a Lore colgando el suyo en la puerta de su casa. Antes de que cerrara corrí a asustarla y como esperaba es tan zombie en las mañanas que no me oyó y se asusto.

- Jajajajajajajajaja. Hay... Siempre funciona. -Me seguí retorciendo de risa, no es que sea la mas... Simpática de oír pero demonios, jajaja, no lo puedo evitar.-

- Carajo. -Me miro con los ojos bien abiertos.- Te juro que odio este día.

- Pos yo no. -Le dije con mi mejor cara de niña inocente, a pesar de ser la mayor de nosotras cinco... Son solo unos meses caramba.- ¡Uh! Mis anillos pequeña ladrona.

- ¿Yo? ¿Ladrona?

- Si tu mujer del diablo. Dámelos, te los preste y no me las diste, los necesito, ya me puse la pulsera, y no sé porque te doy explicaciones, ya, dame anda Venezuela.

- Ok ok easy.

Me los dio porque los tenía en la mesa de la sala, me los puse, le di un beso en la mejilla con los buenos días que no le había dado porque soy una maleducada cuando asusto a la gente. Seguí bajando las escaleras hasta llegar donde Rodríguez y con esa aproveche y con el mayor silencio que pude llegues su cuarto. Pero... Dormía como oso en invierno. La mire con una mano alzada mientras pensaba que hacer para despertarla, puse mis manos en los bolsillos mirando al rededor del cuarto buscando... ¡Aja! Lo encontré.
Una pluma. Me senté silenciosamente en la cama mientras ella abrazaba, creo que su almohada, con la pluma se la pase por el cuello y la nariz, solo se movió y me dio la espalda.

- Uh... Mala elección amiga mía.

Deje la pluma en la mesita de noche y lentamente acerque mis manos a Rodríguez hasta ponerlos en ella haciéndole cosquillas, se despertó de repente y se empezó a retorcer mientras yo reía y me retorcí yo de risa pero cuando se dio con la cabeza contra el espaldar de la cama. Me miro y me lanzo un cojín que atrape por milagro porque soy malísima en pelota.

- ¡Jajajajajajajajaja! ¡Tendrías que haberte visto la cara! -Me retorcí en su colchón.-

- Pinga Fleitas. -Me puso mala cara.-

Viviendo con los deseadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora