Capítulo 17

67 6 52
                                    

Desde que estamos juntos de Melendi suena por toda mi casa. Evidentemente yo la canto – mas bien la grito – y medio que bailo al ritmo de esta mientras camino de mi cuarto a la sala a recoger un poco. Lo sé, suena a milagro. Pero ya se me empezaron a perder cosas, prueba de que debería recoger un poco al menos.

Sigo escandalizando y acomodo un poco de cosas en los cajones que van. Trato de acomodar las cosas lo mas decente posible. Pasan varias canciones que me tenían de muy buen humor y empieza a sonar Secret love song de Little Mix. La cancion es tierna pero medio que me baja el ánimo. La cambiaria por eso, pero me da demasiado flojera entrar de nuevo a mi cuarto solo para eso. Asi que la dejo y aprovecho para ir a la cocina y prepararme algo de comer. Ese algo es específicamente pasta. Tengo una adicción a comer pasta. Simplemente la amo. No sé.

Registro los cajones como una loca desesperada. ¡¿Cómo es posible que no haya pasta en mi casa?! No entendí. Bueno, ni pasta ni nada casi. Literalmente no hay casi nada de comida aquí. Creo que debería de revisar más a menudo el refrigerador y los cajones.

En situaciones asi la gente suele salir a comprar comida ¿no? ay pero que flojera tener q hacer eso. Pero tengo hambre también. Este es el drama de mi vida, tener hambre y no tener ganas de hacer nada. Espera, se quien me puede salvar el pellejo. Busco mi teléfono y marco el número de quien puede ayudarme.

- Amor de mi vida y de mi corazón.-digo en cuanto contesta.

- ¿Qué demonios quieres Campa?-dice Fleitas al otro lado del teléfono. Sip, la llame para que me de comida.

- Tengo hambre y no tengo comida.

- ¿Y?

- Coño que me ayudes. Dame comida please.-digo con una sonrisa. Aunque es un poco estúpido porque no me esta viendo. Pero aja.

- Ni de coña. Por una vez se una persona madura y ve a comprar comida.- dice y yo no puedo evitar reírme.

- Estas pidiendo mucho para alguien como yo.- en serio, pretender que yo me mueva y haga algo responsable y que haría una persona normal es como pedirle a Loremar que no grita y llore de emoción cuando ve un pato. Imposible en otras palabras.

- Lo sé. Pero esta vez te jodes porque no te voy a ayudar. Y las locas tampoco. Asi que dale, vístete y sale a comprar tu comida.- dice y hago un puchero aunque ella no me esta viendo. Creo que ya lo hago como acto reflejo.

- Pero

- ¡Pero nada! dale. Ve.- no me deja ni protestar y me manda a callar. Detesto cuando se pone en ese plan. A pesar de que en el fondo sepa que tiene razón.

- Ok.-digo y resoplo.

- Bye bicho.-dice de seguro sonriendo lo cual me jode.

- Tu madre.-le digo y ella suelta una carcajada de las suyas para demostrar que le importa una mierda mi insulto. Yo solo ruedo los ojos y cuelgo. De todas formas no me va a ayudar so.

Me levanto del sofá de la sala – que ni se cuando me senté pero aja – y camino de nuevo a mi cuarto. Busco un short cualquiera, una blusa que deja mi barriga a la vista y obvio mis converse negros. Ni pierdo mi tiempo en peinarme, total, no creo que vaya a encontrar a un macho importante en el mercado so Whatever.

Salgo de mi casa y cierro la puerta detrás de mí como hago siempre. Camino al ascensor y entro en este. Toco el botón para bajar al lobby y mientras espero a llegar saco mi teléfono del bolsillo trasero de mi pantalón. Abro instagram y me entretengo en revisar algunas cosas en lo que espero a llegar.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 25, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Viviendo con los deseadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora