Cuando acabo el cole, todo el mundo se iba en piña, yo no sabia con quien irme. Y un brazo salio de la multitud, me agarró y me llevó fuera de la gente. Era Mario. En ese momento mi barriga iba a explotar, era una sensación familiar. No podía ser. Era la misma sensación que la de los momentos al lado de él. Cuando me cogió, me dijo:
- Te estábamos buscando, pensábamos que te habías ido.
Yo no supe que responder, me quedé muda ante la mirada de esos ojos, eso ojos que hacían que mi estomago pareciera una montaña rusa.
Al cabo de unos segundos vi a Noelia con un montón de gente. Vino y me los presentó.
-Estos son Moi, Alejandro(llama lo aguayo), Adam y el perroflauta, Adrià.- dijo Noelia
- Hola!- dijeron todos.
La verdad es que eran muy majos, pero, todos ellos escondían un gran secreto, ese secreto no lo sabia nadie más que ellos. Fuimos a mi casa, me acompañaron, como hice amigos y era el primer día, les dije a mis padres que si podían dejar ir a comer con ellos. Me dejaron sin ningún problema.
Pero, no íbamos a comer en un restaurante ni nada parecido. Fuimos a un bosque, donde había una pequeña casa en un árbol, ese era el secreto. Pero, eso no era el único...